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lunes, 18 de noviembre de 2024

LETANÍAS DE LOS AGONIZANTES


Señor, ten piedad de él (o de ella).
Jesucristo, ten piedad de él (o de ella).
Señor, ten piedad de él (o de ella).

Santa María, ruega por él (o por ella).
San Abel, ruega por él (o por ella).
Coro de los justos, ruega por él (o por ella).
San Abraham, ruega por él (o por ella).
San Juan Bautista, ruega por él (o por ella).
San José, ruega por él (o por ella).
Santos Patriarcas y Profetas, rogad por él (o por ella).
San Pedro, ruega por él (o por ella).
San Pablo, ruega por él (o por ella).
San Andrés, ruega por él (o por ella).
San Juan, ruega por él (o por ella).
Santos Apóstoles y Evangelistas, rogad por él (o por ella).
Santos Discípulos del Señor, rogad por él (o por ella).
Santos Inocentes, rogad por él (o por ella).
San Esteban, ruega por él (o por ella).
San Lorenzo, ruega por él (o por ella).
Santos Mártires, rogad por él (o por ella).
San Silvestre, ruega por él (o por ella).
San Gregorio, ruega por él (o por ella).
San Agustín, ruega por él (o por ella).
Santos Pontífices y Confesores, rogad por él (o por ella).
San Benito, ruega por él (o por ella).
San Francisco, ruega por él (o por ella).
San Camilo, ruega por él (o por ella).
San Juan de Dios, ruega por él (o por ella).
Santos Monjes y Ermitaños, rogad por él (o por ella).
Santa María Magdalena, ruega por él (o por ella).
Santa Lucía, ruega por él (o por ella).
Santas Vírgenes y Viudas, rogad por él (o por ella).
Santos y Santas de Dios, rogad por él (o por ella).

Séle propicio, perdónale, Señor.
Séle propicio, líbrale, Señor.
Séle propicio, líbrale, Señor.

De tu cólera, líbrale, Señor.
Del peligro de la muerte, líbrale, Señor.
De la mala muerte, líbrale, Señor.
De las penas del infierno, líbrale, Señor.
De todo mal, líbrale, Señor.
Del poder del demonio, líbrale, Señor.
Por tu Natividad, líbrale, Señor.
Por tu Cruz y Pasión, líbrale, Señor.
Por tu muerte y sepultura, líbrale, Señor.
Por tu gloriosa Resurrección, líbrale, Señor.
Por tu admirable Ascensión, líbrale, Señor.
Por la gracia del Espíritu Consolador, líbrale, Señor.
En el día del juicio, líbrale, Señor.

Así te lo pedimos, aunque pecadores, óyenos, Señor.
Te rogamos que le perdones, óyenos, Señor.
Señor, ten piedad, óyenos, Señor.
Jesucristo, ten piedad, óyenos, Señor.
Señor, ten piedad,
 
Recomendación del alma

Señor, Rogad por él (o por ella).
Señor, misericordia.
Jesucristo, misericordia.
Señor, misericordia.

Santa María, Rogad por él (o por ella).
Todos los Santos Ángeles y Arcángeles, Rogad por él (o por ella).
San Abel, Rogad por él (o por ella).
Todos los coros de los justos, Rogad por él (o por ella).
San Abraham, Rogad por él (o por ella).
San Juan Bautista, Rogad por él (o por ella).
San José, Rogad por él (o por ella).
Todos los Santos Patriarcas y Profetas, Rogad por él (o por ella).
San Pedro, Rogad por él (o por ella).
San Pablo, Rogad por él (o por ella).
San Andrés, Rogad por él (o por ella).
San Juan, Rogad por él (o por ella).
Todos los Santos Apóstoles y Evangelistas, Rogad por él (o por ella).
Todos los Santos Discípulos del Señor, Rogad por él (o por ella).
Todos los Santos Inocentes, Rogad por él (o por ella).
San Esteban, Rogad por él (o por ella).
San Lorenzo, Rogad por él (o por ella).
Todos los Santos Mártires, Rogad por él (o por ella).
San Silvestre, Rogad por él (o por ella).
San Agustín, Rogad por él (o por ella).
San Gregorio, Rogad por él (o por ella).
Todos los Santos Pontífices y Confesores, Rogad por él (o por ella).
San Benito, Rogad por él (o por ella).
San Francisco, Rogad por él (o por ella).
San Camilo, Rogad por él (o por ella).
San Juan de Dios, Rogad por él (o por ella).
Todos los Santos Monjes y Ermitaños, Rogad por él (o por ella).
Santa María Magdalena, Rogad por él (o por ella).
Santa Lucía, Rogad por él (o por ella).
Todas las Santas Vírgenes y Viudas, Rogad por él (o por ella).
Todos los Santos y Santas de Dios, Rogad por él (o por ella).

Sedle propicio, perdonale Señor.
Sedle propicio, libradle (libradla) Señor.

De vuestra ira, libradle (libradla) Señor.
De los peligros de la muerte, libradle (libradla) Señor.
De la mala muerte, libradle (libradla) Señor.
De las penas del infierno, libradle (libradla) Señor.
De todo mal, libradle (libradla) Señor.
Del poder del demonio, libradle (libradla) Señor.
Por vuestra natividad, libradle (libradla) Señor.
Por vuestra Cruz y Pasión, libradle (libradla) Señor.
Por vuestra Muerte y Sepultura, libradle (libradla) Señor.
Por vuestra Gloriosa Resurrección, libradle (libradla) Señor.
Por vuestra admirable Ascensión, libradle (libradla) Señor.
Por la gracia del Espíritu Santo Consolador, libradle (libradla) Señor.

En el día del juicio, Nosotros pecadores Os rogamos, Señor, 
que le perdonéis. Os rogamos Señor.

Señor, piedad.
Cristo, piedad.
Señor, piedad.

VIACRUCIS POR LAS ANIMAS DEL PURGATORIO


Por la señal, de la santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
 
(Ofrecimiento*)

Dios mío, me arrepiento de todo corazón de haberte ofendido, porque eres infinitamente bueno.
Dame tu santa Gracia para no ofenderte más. Amén.
 
Dulcísimo Jesús mío, que para redimir al mundo quisisteis nacer, ser circuncidado, desechado de los judíos, entregado con el beso de Judas, atado con cordeles, llevado al suplicio, como inocente cordero; presentado ante Anás, Caifás, Pilato y Herodes; escupido y acusado con falsos testigos; abofeteado, cargado de oprobios, desgarrado con azotes, coronado de espinas, golpeado con la caña, cubierto el rostro con una púrpura por burla; desnudado afrentosamente, clavado en la cruz y levantado en ella, puesto entre ladrones, como uno de ellos, dándote a beber hiel y vinagres y herido el costado con la lanza.
 
Libra, Señor, -por tantos y tan crueles e intensos dolores como has padecido por nosotros-, a las almas del Purgatorio de las penas en que están.
 
Llévalas a descansar a tu santísima Gloria, y sálvanos, por los méritos de tu sagrada Pasión y por tu muerte de cruz, de las penas del infierno para que seamos dignos de entrar en la posesión de aquel Reino, adonde llevaste al buen ladrón, que fue crucificado contigo, que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.
 
Padre Todopoderoso y Eterno: te ofrezco por las manos purísimas de Nuestra Señora, todas las Santas Misas celebradas hoy para tu mayor gloria y por la redención de las Benditas Almas retenidas en el Purgatorio.
 
Humildemente te suplico que tengas piedad de Ellas y les perdones sus pecados mediante los méritos de Tu amadísimo Hijo.
 
Para compensar la alabanza, el agradecimiento, el amor, el honor y los méritos que estas almas omitieron manifestar y acumular en su vida terrenal, te ofrezco toda la alabanza, el amor, el honor, el agradecimiento y los sufrimientos con los que te honraba Tu Hijo mientras estaba en la tierra.
 
Como recompensa por todas las faltas y omisiones que estas almas demostraron en este mundo, te ofrezco el celo fervoroso que profesó Tu Hijo Amado en sus obras, y en las obras que Él mismo renueva y alza hacia Ti en todas las Santas Misas.
 
Por la purificación de las manchas de los pecados que todavía persisten en las Benditas Almas del Purgatorio, te ofrezco la Sangre Divina que derramó Tu Hijo y que derrama cada día sobre nuestros altares.
 
Como redención por todas las penas y castigos que sufren las Almas purgantes, te ofrezco la Dolorosa Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo, que se renueva en el Santo Sacrificio de la Misa.
 
Finalmente, para poder apaciguar Tu rigurosa  Justicia, te ofrezco todas las virtudes y méritos ejercidos y adquiridos por las Almas de Purgatorio durante su vida en la tierra, juntamente con las virtudes y méritos de la Virgen Santísima Nuestra Señora, de todos los santos, Bienaventurados y Almas Víctimas que suplen los méritos y obtienen la liberación de aquellas Almas Benditas retenidas en la cárcel de amor que es el Purgatorio.
 
V. Te adoramos oh, Cristo, y te bendecimos.
R. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. R. Amén.
 
Algunas almas son "condenadas a muerte" en vida, ya que deben padecer la muerte lenta de una enfermedad.

¡Ojalá que pudieran estas almas comprender el valor inmenso que tiene el sufrimiento ante los ojos de Dios! El sufrimiento nos asemeja a Cristo Redentor.
Se puede redimir con el sufrimiento los propios pecados y los del mundo entero. Dicho de otra manera: se puede pagar el Purgatorio con ese sufrimiento.
Se puede pagar el Purgatorio en vida... Y como es tal el valor del sufrimiento, también se puede redimir a las Almas del Purgatorio. Cristo sufrió por nosotros. Nosotros podemos sufrir por los demás.
 
¡Bendito el misterio inmenso del sufrimiento humano!
Señor, pequé, ten misericordia de mí. Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros.
 
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
 
V. Te adoramos oh, Cristo, y te bendecimos.
R. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. R. Amén.
 
Las Almas del Purgatorio cargan con la cruz de sus propios pecados

Comprenden que deben limpiar sus faltas hasta alcanzar la purificación completa.
 
En el Cielo no existe ni un ápice de pecado. Nadie puede entrar con "las manos sucias". Algunas purificaciones se vuelven muy largas, al igual que hay enfermedades que requieren mucho tiempo de curación.
 
Sin embargo, estas almas viven de la "Esperanza"... Esperan...sabiendo que tienen por premio los Bienes Eternos. Esperan...que sus hermanos, los hombres que están envueltos en los quehaceres del mundo, las recuerden y les ayuden con sus oraciones y sacrificios a "pagar " pronto la deuda.
 
V. Señor, pequé, ten misericordia de mí.
R. Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros.
 
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
 
V. Te adoramos oh, Cristo, y te bendecimos.
R. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. R. Amén.
 
Primera "caída" necesaria: Caer de rodillas, en actitud de pedir perdón. 

¡Señor, perdón, he pecado contra el Cielo y contra Ti!... (LC 15,21).
 
Igual que el hijo prodigo. Regresar al Padre y con Humildad, pedir perdón a Dios.
 
Primer paso necesario para lograr la purificación: la Humildad.
 
El primer pecado, el de Lucifer fue la soberbia. El antídoto contra la soberbia es la virtud de la Humildad. Primer requisito... primera caída necesaria. Pongamos en práctica en vida esta virtud, para que cuando nos llegue el momento estemos entrenados...
 
V. Señor, pequé, ten misericordia de mí.
R. Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros.
 
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
 
V. Te adoramos oh, Cristo, y te bendecimos.
R. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. R. Amén.
 
Nuestra Madre visita las Almas del Purgatorio. 

Ella cumple lo que promete. Su visita es como un refrescante refrigerio en medio de tanto sufrimiento.
 
Las madres siempre están con sus hijos. María estuvo con su hijo durante su Pasión, durante su Vía Crucis... María no abandona a sus hijos que aun recorren el camino del dolor.
 
Mensajera, medianera...
Salud de los enfermos...
Refugio de los pecadores...
Consoladora de los Afligidos...
¡Gracias Madre por tu Consuelo!
 
V. Señor, pequé, ten misericordia de mí.
R. Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros.
 
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
 
V. Te adoramos oh, Cristo, y te bendecimos.
R. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. R. Amén.
 
Simón de Cirene ayuda a Jesús a llevar la cruz... 

Todos nosotros podemos ser cirineos para las Almas del Purgatorio y ayudarles a cargar su cruz ofreciendo sacrificios y oraciones por ellas.
 
¿Cómo? Ofreciéndoles los regalos de los Reyes Magos: Oro, Incienso y Mirra.
 
Oro: Los méritos de Jesucristo, María y los Santos que a través de la Misa y las Indulgencias son como oro puro. El regalo más preciado: La Santa Eucaristía.
 
Incienso: Sube al Cielo el olor sagrado de la oración, que al quemarse lentamente sobre los carbones encendidos de la Caridad, despiden la exquisita fragancia.
 
Mirra: Asociada desde tiempos remotos con el sufrimiento. ¿Y qué representa la mirra para las Almas del Purgatorio? Un regalo muy preciado... nuestros sufrimientos, nuestras penas, nuestros trabajos, angustias dolores!... Ofrecidos con amor...por ellas.
 
Señor, pequé, ten misericordia de mí. Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria.

V. Te adoramos oh, Cristo, y te bendecimos.
R. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. R. Amén.

El detalle de amor que tuvo esta mujer con Jesús le valió el premio de poseer sus rasgos. 

Cada vez que obramos con caridad para las Almas del Purgatorio -que están viviendo su propio Vía Crucis-, el Señor por premio imprime sus rasgos en nuestra alma...para que poco a poco vayamos asemejándonos a El... pues en el Cielo solo entra el que se parece a Cristo.

V. Señor, pequé, ten misericordia de mí.
R. Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria.

V. Te adoramos oh, Cristo, y te bendecimos.
R. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. R. Amén.
 
Segunda "caída"... necesaria.
Nuevamente, de rodillas..., esta vez pidiendo perdón por haber faltado a la caridad con el prójimo!

Son tantos los pecados contra la caridad... la falta de caridad! Cuanto más se van adentrando estas almas en su purificación, tanto más comprenden con mayor profundidad los alcances que tuvieron sus faltas de caridad...y eso, les produce un dolor inmenso.
Dolor necesario... dolor purificador... Y los pecados contra la caridad son de los que más necesitan purificación, puesto que ya estábamos advertidos por el mismo San Pablo varias veces...

"...si no tengo caridad, soy como bronce que suena o címbalo que retiñe."
"...si no tengo caridad, nada soy."
"...si no tengo caridad, nada me aprovecha."

"Ahora vemos en un espejo, en enigma.
Entonces veremos cara a cara.
Ahora conozco de un modo parcial, pero entonces conoceré como soy conocido."
"Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres. Pero la mayor de todas, es la caridad." (1Cor: 13)
¿¿¿Qué más se puede agregar a esto???

V. Señor, pequé, ten misericordia de mí.
R. Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria.

V. Te adoramos oh, Cristo, y te bendecimos.
R. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. R. Amén.

Las hijas de Jerusalén son como las almas buenas que lloran por los difuntos.

Y las Almas del Purgatorio las animan a no desperdiciar el tiempo en lamentos inútiles, en cambio las invitan a transformar su llanto en acciones positivas: en llanto de arrepentimiento por sus pecados y los de sus hijos; en oración y buenas acciones que purifiquen sus corazones de antemano para evitar tener que pasar por ese martirio.
 
¡Realizar el Purgatorio...en vida!

V. Señor, pequé, ten misericordia de mí.
R. Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria.

V. Te adoramos oh, Cristo, y te bendecimos.
R. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. R. Amén.

Con una claridad adquirida por la perfección, las almas pueden conocer en plenitud sus faltas de omisión.

Tercera "caída" necesaria. "...Todo lo que pude haber hecho y no hice...Tantas cosas que si yo hubiera hecho el mundo habría sido mejor para todos."
Esa miopía espiritual que acompañó a esa alma durante su vida terrena, ahora se convierte en una maravillosa perspectiva...en la que se mira "con lujo de detalles" lo que pudo haber sido y no fue, causándole un arrepentimiento profundo.

Pecados de omisión...aquí se encuentran la mayoría de las faltas cometidas.
Otra vez... ¡cae de rodillas!

Perdón, Señor, por todo el bien que dejé de hacer... perdón, Señor... por mi culpa muchas almas no se acercaron a Ti... por mi culpa, muchas almas no llegarán a salvarse.

V. Señor, pequé, ten misericordia de mí.
R. Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria.

V. Te adoramos oh, Cristo, y te bendecimos.
R. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. R. Amén.

El Señor lo dejo todo, hasta lo poco que tenía...

Todo el "equipaje psicológico" que se vino..., está estorbando.
Muchos apegos, prejuicios, recuerdos dañinos...
Todo aquello que se debía haber resuelto en vida, se vino a resolver al Purgatorio. Son como ataduras, que no dejan el alma libre para elevar su vuelo al Paraíso. Nada de eso puede traer beneficio. Es lastre para el espíritu.
Pero hasta que el alma este plenamente convencida... puede dejarlo. Es un proceso, que puede empezar en vida, o si no, el día que dejemos este mundo nos iremos con los "vestidos " que en ese momento llevamos puestos.
¡Desnuda mi alma, Señor, de cualquier apego terreno para volar libremente a tu presencia cuando me llames!

V. Señor, pequé, ten misericordia de mí.
R. Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria.

V. Te adoramos oh, Cristo, y te bendecimos.
R. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. R. Amén.

Jesús dice: "Pueblo mío ¿Qué te hice o en qué te he ofendido? ¡Respóndeme! (Miq. 6,3).

Las Almas del Purgatorio dicen: ¡Dios mío! Porque te he ofendido... ¡Perdóname! Y abren sus brazos para fundirse en la cruz del sufrimiento... ¡voluntariamente!
El Señor amó la cruz. ¡Ama la Cruz!...porque sabe que es signo de Redención, aunque ello implique un terrible sufrimiento.
Y para las Almas del Purgatorio es signo de liberación, aunque ello implique un doloroso sufrimiento. Doloroso, para poder purificar su alma.
Pero, sin ese sufrimiento, sin esa cruz, no serían dignas de entrar en la presencia de Dios.
Nosotros podemos amar la cruz de cada día y comprender en su profundidad, que representa... ¡perfeccionamiento en vida!
Podemos cada día crucificar nuestro yo junto a Jesús, para lograr, por sus méritos -no los nuestros- morir al pecado.

V. Señor, pequé, ten misericordia de mí.
R. Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria.

V. Te adoramos oh, Cristo, y te bendecimos.
R. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. R. Amén.

Ellas, al igual que Jesús, tienen su agonía en el Gólgota! Y-pienso en voz alta- que el lugar de las crucifixiones no podía ser un jardín... ¡posiblemente era un basurero!

La comparación es muy exacta, las Almas del Purgatorio deben deshacerse de la basura -poca o mucha- que entró por los sentidos y formó una costra gruesa.
Eso conlleva a una "muerte lenta", porque a fuego lento se queman los residuos de soberbia y de impureza... ¡hasta no dejar nada!
Las cremaciones...se realizan a fuego lento.
No permitamos a nuestra soberbia, a nuestros instintos... ¡almacenar! en nuestras almas todo lo que desean, puesto que, se muere al pecado hasta que todos los actos, si, ¡todos! hayan quedado purificados.
...si tu ojo es motivo de pecado, sácatelo. Más vale que entres con un solo ojo en el Reino de Dios, que con los dos ojos, ser arrojado a la gehenna, donde su gusano no muere y el fuego no se apaga, pues todos han de ser purificados con fuego. (Mc 9,47)

V. Señor, pequé, ten misericordia de mí.
R. Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria.

V. Te adoramos oh, Cristo, y te bendecimos.
R. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. R. Amén.

María viene al encuentro de las Almas que han muerto al pecado. Su purificación ha sido completa.

Su entrega: ¡total!, al igual que su amado Jesús.
Y esta madre Consoladora de los afligidos sostiene en sus brazos el alma adolorida, pero ¡gozosa!, cansada... ¡pero libre! para escoltarla por la puerta grande de los triunfadores.

V. Señor, pequé, ten misericordia de mí.
R. Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria.

V. Te adoramos oh, Cristo, y te bendecimos.
R. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. R. Amén.

En las aguas del Bautismo fuimos sumergidos para entrar a la gracia. En las aguas medicinales de la purificación se sumergen las Almas del Purgatorio, antes de entrar en el Paraíso. Sepultura que da vida. Sepultura que no corrompe sino purifica. ¡Bendita sepultura!
Ayúdame, Señor, a sepultar en vida mis pecados, mis apegos desordenados y todo aquello que me aleje de Ti.

V. Señor, pequé, ten misericordia de mí.
R. Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria.

V. Te adoramos oh, Cristo, y te bendecimos.
R. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. R. Amén.

Dios misericordioso, que nos perdonas y quieres la salvación de todos los hombres, imploramos tu clemencia para que, por la intercesión de María Santísima y de todos los santos, concedas a las almas de nuestros padres, hermanos, parientes, amigos y bienhechores, que han salido de este mundo, la gracia de llegar a la reunión de la eterna felicidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Para ganar las Indulgencias concedidas al rezo del Vía Crucis, roguemos por la persona e intenciones del Sumo Pontífice.

El Señor lo vivifique con su Aliento Divino, lo colme de sus dones, lo fortalezca, lo haga santo y feliz en la tierra y no permita que caiga en manos de sus enemigos.

Oremos:
Dios, que en tu providencia quisiste edificar tu Iglesia sobre la Roca de Pedro, Príncipe de los Apóstoles, mira con bondad a nuestro Papa Francisco, y Tú que lo has constituido sucesor de San Pedro, concédele la gracia de ser para tu pueblo principio y fundamento visible de la unidad de fe y de comunión. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria.

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha. Sé nuestro amparo contra las perversidades y acechanzas del demonio. Que Dios manifieste sobre él su admirable Poder, es nuestra humilde súplica. Y tú, oh Príncipe de la Milicia Celestial, con el poder y la fuerza que Dios te ha conferido, arroja al infierno a satanás y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas. Amén.

(Aunque no es obligación, se puede continuar con gran provecho la práctica de rezar esta oración después de la Santa Misa como se hacía antes del Conc. Vat. II.)

Oh gloriosísimo San Miguel Arcángel, príncipe y caudillo de los ejércitos celestiales, custodio y defensor de las almas, guarda de la Iglesia, vencedor, terror y espanto de los rebeldes espíritus infernales.

Humildemente te rogamos, te dignes librar de todo mal a los que a ti recurrimos con confianza; que tu favor nos ampare, tu fortaleza nos defienda y que, mediante tu incomparable protección adelantemos cada vez más en el servicio del Señor; que tu virtud nos esfuerce todos los días de nuestra vida, especialmente en el trance de la muerte, para que, defendidos por tu poder del infernal dragón y de todas sus asechanzas, cuando salgamos de este mundo seamos presentados por tí, libres de toda culpa, ante la Divina Majestad. Amén.

†Por la señal, de la santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén

Padre Eterno, yo te ofrezco la Preciosísima Sangre de tu divino Hijo Jesús, en unión con las misas celebradas hoy día a través del mundo, por todas las benditas Almas del Purgatorio y por la conversión de todos los pecadores del mundo.

Para desagraviar por los pecadores en la iglesia universal y por aquellos en propia casa y dentro de mi familia. Amén.

(El Señor dijo a Santa Gertrudis, la Grande, que esta oración libera 1,000 Almas del Purgatorio.)
Madre, llena de dolor, haz Tú que cuando expiremos. Nuestras almas entreguemos, por tus manos, al Señor.

Si por tu Sangre Preciosa, Señor, los habéis redimido. Que les perdones te pido, por tu Pasión dolorosa.

V. Dales, Señor el descanso eterno.
R. Y brille para ellas (las almas del purgatorio) la Luz Perpetua.

Que las almas de los fieles difuntos, por la gran Misericordia de Dios, descansen en paz. Así Sea. Que el Señor les de Su Paz. Y la vida eterna.
 
EL HERMANO ESTANISLAO
(1903 - 1927) 

A la edad de 18 años, un joven español ingresó al noviciado de los "HERMANOS DE LAS ESCUELAS CRISTIANAS", en Bugedo.

En la vida religiosa, este joven tomó los votos de religión que son: el cumplimiento de los reglamentos; avanzar en la perfección cristiana; y alcanzar el amor puro. El mes de octubre de 1926, este hermano se ofreció a Jesús por medio de María Santísima. Poco después de haber hecho esta donación heroica de sí mismo, el joven religioso se enfermó y fue obligado a descansar. Murió santamente el mes de marzo, 1927.

Según el maestro de novicios, este religioso era un alma escogida de Dios; y que recibía mensajes del Cielo. Los confesores del joven, así como los teólogos, reconocieron estos hechos sobrenaturales como actos insignes.

El joven se llamaba Hermano Estanislao. El director espiritual del Hermano Estanislao le había ordenado a escribir todas las promesas transmitidas por NUESTRO SEÑOR.

Esto sería para el bien espiritual de los que fueran devotos al  VÍA CRUCIS. Las promesas son las siguientes:

1. Yo concederé todo cuanto se Me pidiere con fe, durante el Vía Crucis.
2. Yo prometo la vida eterna a los que, de vez en cuando, se aplican a rezar el Vía Crucis.
3. Durante la vida, Yo les acompañaré en todo lugar y tendrán Mi ayuda especial en la hora de la muerte.
4. Aunque tuvieran más pecados que las hojas de la hierba que crece en los campos, y más que los granos de arena en el mar, todos serán borrados por medio de esta devoción al Vía Crucis.
(nota: Esta devoción no elimina la obligación de confesar los pecados mortales. Se debe confesar antes de recibir la Santa Comunión.)
5. Los que acostumbran rezar del Vía Crucis frecuentemente, gozarán de una gloria extraordinaria en el Cielo.
6. Después de la muerte, si estos devotos llegasen al Purgatorio, Yo los libraré de ese lugar de expiación, el primer martes o viernes después de morir.
7. Yo bendeciré a estas almas cada vez que rezan el Vía Crucis; y mi bendición les acompañará en todas partes de la tierra. Después de la muerte, gozarán de esta bendición en el Cielo, por toda la eternidad.
8. A la hora de la muerte, no permitiré que sean sujetos a la tentación del demonio. Al espíritu maligno le despojaré de todo poder sobre estas almas. Así podrán reposar tranquilamente en Mis Brazos.
9. Si la rezan con verdadero amor, serán altamente premiados. Es decir, convertiré a cada una de estas almas en Copón viviente, donde Me complaceré en derramar Mi Gracia.
10. Fijaré la mirada de Mis Ojos sobre aquellas almas que rezan el Via Crucis con frecuencia y Mis Manos estarán siempre abiertas para protegerlas.
11. Así como Yo fui clavado en la Cruz, igualmente estaré siempre muy unido a los que Me honran, con el rezo frecuente del Vía Crucis.
12. Los devotos del Vía Crucis nunca se separarán de Mí porque Yo les daré la gracia de jamás cometer un pecado mortal.
13. En la hora de la muerte, Yo les consolaré con Mi presencia, e iremos juntos al Cielo. La muerte será dulce para todos los que Me han honrado durante la vida con el rezo del Vía Crucis.
14. Para estos devotos del Vía Crucis, Mi Alma será un escudo de protección que siempre les prestará el auxilio cuando recurran a Mí.

* Ofrecimiento:

Algunas intenciones por las que podemos ofrecer este Vía Crucis:

- Por las almas del purgatorio, en especial de nuestros familiares, amigos, vecinos, hermanos de la comunidad y nuestros seres queridos, cuyos restos descansan en el Columbario.
- Por la conversión de nosotros pecadores y para desagraviar los Corazones Inmaculados de Jesús y María.
– Por las intenciones de la Santísima Virgen María.
– Por la santificación de todos los Sacerdotes y por las vocaciones a la vida consagrada.
-  Por agonizantes de este día.
– Por todos los enfermos de cuerpo y espíritu.
– Por la paz y unidad de nuestras familias y el mundo entero.
– Por quienes hacen oración por nosotros y esperan oración de nosotros.

INVOCACIONES POR LOS MORIBUNDOS


1.Recibe, Señor, a tu siervo (sierva) en el lugar que debe esperar de tu misericordia. R/ Amén.

2.Libra, Señor el alma de tu siervo de todos los peligros del infierno, de los lazos de las penas y de todas las tribulaciones. R/  Amén.

3.Libra, Señor, el alma de tu siervo, como libraste a Enoch y a Elías de la muerte común a los hombres. R/. Amén

4.Libra, Señor, como libraste a Noé del diluvio. R/.Amén.

Libra Señor, el alma de tu siervo, como libraste a Isaac de ser inmolado, y de la mano de su padre Abrahán. R/. Amén.

5.Libra, Señor, el alma de tu siervo, como libraste a Lot de Sodoma y de las llamas del fuego. R/. Amén.

6.Libra, Señor, el alma de tu siervo, como libraste a Moisés de la mano del Faraón, rey de los egipcios. R/. Amén.

7.Libra, Señor, el alma de tu siervo, como libraste a Daniel en el foso de los leones. R/. Amén.

8.Libra, Señor, el alma a tu siervo, como libraste a los tres jóvenes del horno de fuego ardiente, y de las manos de un rey cruel. R/. Amén.

9.Libra, Señor, el alma de tu siervo, como libraste a David de las manos del rey Saúl, y de las manos de Goliat. R/. Amén

10.Libra, Señor, el alma de tu siervo, como libraste a Pedro y Pablo de las cárceles. R/. Amén

11.Y así como libraste de atrocísimos tormentos a tu dichosísima virgen y mártir Tecla, así también dígnate librar el alma de tu siervo, y concédele que contigo pueda gozar de los bienes del cielo.

Oremos: Encomendámoste, Señor, el alma de tu siervo, y te rogamos, Señor Jesucristo, Salvador del mundo, que no dejes de colocar en el seno de tus Patriarcas a esta alma, por la cual misericordiosamente bajaste a la tierra. Reconoce Señor, a tu hechura, criada, no por dioses extraños, sino por Ti, único Dios vivo y verdadero. En efecto, no hay Dios fuera de Ti, ni comparable en tus obras. Alegra, Señor, esta alma en tu presencia, y no te acuerdes de sus antiguas iniquidades excesos que suscito la violencia y ardor de sus pasiones. Pues aunque haya pecado, no ha negado al Padre, ni al Hijo, ni al Espíritu Santo, sino que creyó, y tuvo amor y celo del Dios que hizo todas las cosas. Señor, te suplicamos que olvides los delitos e ignorancias de su juventud; pero acuérdate de él en la gloria de tu caridad, según tu gran misericordia.

Ábranse los cielos y alégrense con él los Ángeles. Recibe a tu siervo, en su Reino. Recíbale San Miguel, Arcángel de Dios, que mereció ser príncipe de la milicia celeste. Salgan a su encuentro los santos Ángeles de Dios, y condúzcanle a la ciudad celestial, Jerusalén.
 
Recíbale el bienaventurado Pedro Apóstol a quien se dieron las llaves del reino de los cielos. Ayúdele el Apóstol San Pablo que digno vaso de elección. Interceda por él San Juan, Apóstol de Dios a quien fueron revelados los secretos del cielo. 

Rueguen por él todos los Santos Apóstoles, a quienes el señor dio el poder de atar y desatar. Intercedan por él todos los Santos y escogidos de Dios, que en este mundo sufrieron grandes tormentos por el nombre del cristo; para que desligado de las cadenas de la carne merezca llegar al glorioso reino de los cielos, por la gracia de nuestro Señor Jesucristo, quien con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos. R/. Amén

Oración: La clementísima Virgen María, Madre de Dios, piadosísimo consuelo de los tristes, encomiende a su Hijo el alma del siervo (a) N para que con esta intervención maternal, no tema los horrores de la muerte; sino que con su compañía llegue alegre a la deseada patria celestial. R/. Amén.

A ti acudo San José, Patrono de los moribundos, a ti en cuyo dichoso tránsito estuvieron solícitos Jesús y María; por estas dos carísimas prendas te encomiendo con empeño el alma de este tu siervo (a) N que lucha en la extrema agonía; para que por tu protección sea libre de las asechanzas del diablo y de la muerte perpetua, y merezca ir a los gozos eternos.

INVOCACIÓN POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO


Dios omnipotente, Padre de bondad y de misericordia, apiadaos de las benditas almas del Purgatorio y ayudad a mis queridos padres y antepasados.

A cada invocación se contesta: 
R. ¡Jesús mío, misericordia!

1.Ayudad a mis hermanos y parientes.
2.Ayudad a todos mis bienhechores espirituales y temporales.
3.Ayudad a los que han sido mis amigos y súbditos.
4.Ayudad a cuantos debo amor y oración.
5.Ayudad a cuantos he perjudicado y dañado.
6.Ayudad a los que han faltado contra mí.
7.Ayudad a aquellos a quienes profesáis predilección.
8.Ayudad a los que están más próximos a la unión con Vos.
9.Ayudad a los que os desean más ardientemente.
10.Ayudad a los que sufren más.
11.Ayudad a los que están más lejos de su liberación.
12.Ayudad a los que menos auxilio reciben.
13.Ayudad a los que más méritos tienen por la Iglesia.
14.Ayudad a los que fueron ricos aquí, y allí son los más pobres.
15.Ayudad a los poderosos, que ahora son como viles siervos.
16.Ayudad a los ciegos que ahora reconocen su ceguera.
17.Ayudad a los vanidosos que malgastaron su tiempo.
18.Ayudad a los pobres que no buscaron las riquezas divinas.
19.Ayudad a los tibios que muy poca oración han hecho.
20.Ayudad a los perezosos que han descuidado tantas obras buenas.
21.Ayudad a los de poca fe que descuidaron los santos Sacramentos.
22.Ayudad a los reincidentes que sólo por un milagro de la gracia se han salvado.
23.Ayudad a los padres que no vigilaron bien a sus hijos.
24.Ayudad a los superiores poco atentos a la salvación de sus súbditos.
25.Ayudad a los pobres hombres, que casi sólo se preocuparon del dinero y del placer.
26.Ayudad a los de espíritu mundano que no aprovecharon sus riquezas o talentos para el cielo.
27.Ayudad a los necios, que vieron morir a tantos no acordándose de su propia muerte.
28.Ayudad a los que no dispusieron a tiempo de su casa, estando completamente desprevenidos para el viaje más importante.
29.Ayudad a los que juzgaréis tanto más severamente, cuánto más les fue confiado.
30.Ayudad a los pontífices, reyes y príncipes.
31.Ayudad a los obispos y sus consejeros. 
32.Ayudad a mis maestros y pastores de almas.
33.Ayudad a los finados sacerdotes de esta diócesis.
34.Ayudad a los sacerdotes y religiosos de la Iglesia católica.
33.Ayudad a los defensores de la santa fe.
34.Ayudad a los caídos en los campos de batalla.
35.Ayudad a los sepultados en los mares.
36.Ayudad a los muertos repentinamente.
37.Ayudad a los fallecidos sin recibir los santos sacramentos.

V. Dadles, Señor, a todas las almas el descanso eterno.
R. Y haced lucir sobre ellas vuestra eterna luz.

V. Que en paz descansen.
R. Amén.

domingo, 17 de noviembre de 2024

ROSARIO DE LAS 40 HORAS QUE PASÓ JESÚS EN LOS INFIERNOS

 
(Extraído del devocionario “Ancora de Salvación” del R. P. José Mach. S. J. impreso el año de 1885, con aprobación eclesiástica.)

TODOS: En el nombre del Padre…etc.

D: Postrados en la presencia de Dios con el mayor fervor de Espíritu, supliquémosle que nos asista en el ejercicio de ésta devoción.

TODOS: Disponed ¡oh Señor!, y con la abundancia de vuestra gracia confortad nuestros ánimos, para que con sentimientos de fe, de caridad y de compasión, penetrando en la penosa cárcel del Purgatorio, podamos procurar a los fieles difuntos la mayor abundancia de sufragios que redunde en favor suyo, gloria Vuestra y provecho de nuestras almas. Amén.

D: Rezaremos la piadosa Corona de los difuntos diciendo 4 Padrenuestros y 40 Avemarías en memoria de las cuarenta horas que nuestro Señor Jesucristo estuvo en los infiernos, después de su muerte, en sufragio de las benditas almas del Purgatorio (y particularmente del alma de N…N)

Para que el Señor se digne libertarlas lo más presto, de sus penas, haciendo intención de ganar a favor de las mismas, todas las Indulgencias concedidas por la Santa Iglesia al ejercicio de ésta devoción.

D: Dios mío ven en mi auxilio
R: Señor, date prisa en socorrerme.

D: Dales, Señor, el descanso eterno.
R: Y luzca para ellas la luz perpetua.

D: Descansen en paz.
R: Amén.

"Jesús, María, Os amo. Salvad almas".

PRIMER MISTERIO

Consideremos en éste primer misterio el vivísimo deseo con el cual las Almas del Purgatorio estaban esperando el feliz momento de ser consoladas en aquella dolorosa cárcel con la vista del Redentor, después de su muerte; y pensemos que las Almas que al presente se encuentran entre aquellas atrocísimas llamas, están esperando con igual deseo, de nuestra piedad, una abundante copia de sufragios que puedan hacerlas felices para siempre.

- Pidamos por tanto al Señor y a la Santísima Virgen que concedan tanta eficacia a nuestras oraciones que puedan plenamente satisfacer sus deseos.

1 Padre nuestro, 10 Ave Marías y jaculatoria:

PADRENUESTRO

D. Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.

R. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.

 AVEMARÍA

D. Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

R. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora nuestra muerte. Amén.

Jaculatoria:

D. Concédeles, Señor, el descanso eterno y que les ilumine tu luz perpetua.
R. Que las almas de los fieles difuntos por la misericordia de Dios descansen en paz. Amén.

V. "Jesús, María, Os amo.  
R. Salvad almas".

SEGUNDO MISTERIO

Consideremos en éste segundo misterio la dulce sorpresa que experimentaron las Almas del Purgatorio cuando al aparecerse en medio de Ellas el Redentor, vieron extinguirse el fuego que las abrazaba, y cesar todas las penas que por tanto tiempo las habían atormentado.

Y pensemos que con nuestros sufragios, podemos también nosotros apagar aquellas llamas tan ardientes y poner fin a aquellas penas que tan cruelmente las atormentan.

- Pidamos por tanto al Señor y a la Santísima Virgen que concedan tanta eficacia a nuestras oraciones que produzcan el mismo efecto.
 
1 Padre nuestro, 10 Ave Marías y jaculatoria:  

Jaculatoria:

D. Concédeles, Señor, el descanso eterno y que les ilumine tu luz perpetua.
R. Que las almas de los fieles difuntos por la misericordia de Dios descansen en paz. Amén.

V. "Jesús, María, Os amo.  
R. Salvad almas".

TERCER MISTERIO

Consideremos en éste tercer misterio el sumo consuelo que sintieron las Almas del Purgatorio cuando vieron disiparse, por el Redentor, las tinieblas de aquella profunda prisión, y resplandecer cada una de Ellas con tanta luz, que no quedó mancha alguna en Ellas de sus antiguas culpas.

Y pensemos que con nuestros sufragios podemos también nosotros disipar aquellas tinieblas y purificar aquellos espíritus, hasta borrar toda mancha y satisfacer la deuda de sus pasados defectos.

- Pidamos por tanto al Señor y a la Santísima Virgen, que concedan tanta eficacia a nuestras oraciones, que puedan hacerlas perfectamente dignas de los ojos de Dios. Amén.

1 Padre nuestro, 10 Ave Marías y jaculatoria:

Jaculatoria:

D. Concédeles, Señor, el descanso eterno y que les ilumine tu luz perpetua.
R. Que las almas de los fieles difuntos por la misericordia de Dios descansen en paz. Amén.

V. "Jesús, María, Os amo. 
R. Salvad almas".

CUARTO MISTERIO

Consideremos en éste cuarto Misterio el inmenso regocijo de que fueron poseídas las Almas del Purgatorio cuando fueron libertadas por el Divino Redentor, de aquél abismo de dolores y llevadas gloriosamente al reino bienaventurado.

Y pensemos que también nosotros podemos librarlas de aquella horrenda prisión y hacerlas felices para siempre en la Gloria celestial.

Roguemos por tanto al Señor y a la Santísima Virgen que concedan tanta eficacia a nuestras oraciones, que puedan abrir las puertas del Purgatorio e introducirlas en el suspiradísimo gozo del Paraíso.

1 Padre nuestro, 10 Ave Marías y jaculatoria:

Jaculatoria:

D. Concédeles, Señor, el descanso eterno y que les ilumine tu luz perpetua.
R. Que las almas de los fieles difuntos por la misericordia de Dios descansen en paz. Amén.

V. "Jesús, María, Os amo. 
R. Salvad almas".

Finalizando los 4 Padrenuestros y 40 Avemarías rezaremos la siguiente oración:

ORACIÓN

¡Oh Jesús!, ¡oh María!, Esperanza, Salud y Felicidad de todos los fieles; desde el profundo abismo de sus miserias, a Vosotros se vuelven las Benditas Almas del Purgatorio e imploran el beneficio de Vuestra Sangre ¡oh Jesús!, y el fruto de Vuestros Dolores ¡oh María!

Esta Sangre, estos Dolores, que fueron de tanta eficacia la primera vez en el Calvario; que libraron a todo el mundo de toda iniquidad, libren de sus penas a las Almas del Purgatorio.

Y por los Méritos de Sangre tan Preciosa y de Dolores tan acerbos, sean conducidas salvas al cielo aquellas Prisioneras infelices (y en particular el alma de N…N) por las cuales os pedimos con todo el fervor de nuestro espíritu.

Letanía Lauretana

1.Señor, ten piedad de nosotros
2.Cristo, ten piedad de nosotros
3.Señor, ten piedad de nosotros
4.Cristo óyenos, Cristo óyenos
5.Cristo escúchanos, Cristo escúchanos

6.Dios Padre celestial, ten piedad de nosotros
7.Dios Hijo redentor del mundo,
8.Dios Espíritu Santo,
9.Santísima Trinidad, que eres un solo Dios

10.Santa María,
R. Ruega por Ellas.
11.Santa Madre de Dios,
12.Santa Virgen de las vírgenes,
13.Madre de Cristo,
14.Madre de la Iglesia,
15.Madre de la divina gracia,
16.Madre purísima,
17.Madre castísima,
18.Madre virginal,
19.Madre inmaculada,
20.Madre amable,
21.Madre admirable,
22.Madre del buen consejo,
23.Madre del Creador,
24.Madre del Salvador,
25.Virgen prudentísima,
26.Virgen digna de veneración,
27.Virgen digna de alabanza,
28.Virgen poderosa,
29.Virgen clemente,
30.Virgen fiel,
31.Espejo de justicia,
32.Trono de la sabiduría,
33.Causa de nuestra alegría,
34.Vaso espiritual,
35.Vaso digno de honor,
36.Vaso insigne de devoción,
37.Rosa mística,
38.Torre de David,
39.Torre de marfil,
40.Casa de oro,
41.Arca de la alianza,
42.Puerta del cielo,
43.Estrella de la mañana,
44.Salud de los enfermos,
45.Refugio de los pecadores,
46.Consuelo de los afligidos,
47.Auxilio de los cristianos,
48.Reina de los ángeles,
49.Reina de los patriarcas,
50.Reina de los profetas,
51.Reina de los apóstoles,
52.Reina de los mártires,
53.Reina de los confesores,
54.Reina de las vírgenes,
55.Reina de todos los santos,
56.Reina concebida sin pecado original,
57.Reina elevada al cielo,
58.Reina del santísimo rosario,
59.Reina de las familias,
60.Reina de la paz, 

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,
R. perdónalas, Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,
R. escúchanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,
R. ten piedad de Ellas.

Oremos:
Te rogamos, Señor, que nos concedas a nosotros tus siervos, gozar de perpetua salud de alma y cuerpo y, por la gloriosa intercesión de la bienaventurada Virgen María, seamos librados de la tristeza presente y disfrutemos de la eterna alegría. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

Y SE FINALIZA CON LA SIGUIENTE:

INVOCACIONES PARA
LAS ALMAS DEL PURGATORIO


Dios omnipotente, Padre de bondad y de misericordia, apiadaos de las benditas almas del Purgatorio y ayudad a mis queridos padres y antepasados.

A cada invocación se contesta:

R. ¡Jesús mío, misericordia!

1.Ayudad a mis hermanos y parientes.
2.Ayudad a todos mis bienhechores espirituales y temporales.
3.Ayudad a los que han sido mis amigos y súbditos.
4.Ayudad a cuantos debo amor y oración.
5.Ayudad a cuantos he perjudicado y dañado.
6.Ayudad a los que han faltado contra mí.
7.Ayudad a aquellos a quienes profesáis predilección.
8.Ayudad a los que están más próximos a la unión con Vos.
9.Ayudad a los que os desean más ardientemente.
10.Ayudad a los que sufren más.
11.Ayudad a los que están más lejos de su liberación.
12.Ayudad a los que menos auxilio reciben.
13.Ayudad a los que más méritos tienen por la Iglesia.
14.Ayudad a los que fueron ricos aquí, y allí son los más pobres.
15.Ayudad a los poderosos, que ahora son como viles siervos.
16.Ayudad a los ciegos que ahora reconocen su ceguera.
17.Ayudad a los vanidosos que malgastaron su tiempo.
18.Ayudad a los pobres que no buscaron las riquezas divinas.
19.Ayudad a los tibios que muy poca oración han hecho.
20.Ayudad a los perezosos que han descuidado tantas obras buenas.
21.Ayudad a los de poca fe que descuidaron los santos Sacramentos.
22.Ayudad a los reincidentes que sólo por un milagro de la gracia se han salvado.
23.Ayudad a los padres que no vigilaron bien a sus hijos.
24.Ayudad a los superiores poco atentos a la salvación de sus súbditos.
25.Ayudad a los pobres hombres, que casi sólo se preocuparon del dinero y del placer.
26.Ayudad a los de espíritu mundano que no aprovecharon sus riquezas o talentos para el cielo.
27.Ayudad a los necios, que vieron morir a tantos no acordándose de su propia muerte.
28.Ayudad a los que no dispusieron a tiempo de su casa, estando completamente desprevenidos para el viaje más importante.
29.Ayudad a los que juzgareis tanto más severamente, cuánto más les fue confiado.
30.Ayudad a los pontífices, reyes y príncipes.
31.Ayudad a los obispos y sus consejeros.
32.Ayudad a mis maestros y pastores de almas.
33.Ayudad a los finados sacerdotes de esta diócesis.
34.Ayudad a los sacerdotes y religiosos de la Iglesia católica.
35.Ayudad a los defensores de la santa fe.
36.Ayudad a los caídos en los campos de batalla.
37.Ayudad a los sepultados en los mares.
38.Ayudad a los muertos repentinamente.
39.Ayudad a los fallecidos sin recibir los santos sacramentos.

V. Dadles, Señor, a todas las almas el descanso eterno.
R. Y haced lucir sobre ellas vuestra eterna luz.

V. Que en paz descansen.
R. Amén.

ORACIÓN FINAL

¡Oh Dios!, que concedéis el perdón de los pecados y queréis la salvación de los hombres, imploramos vuestra clemencia para que por la intercesión de la Bienaventurada Siempre Virgen María, y por la de todos los Santos, hagáis que lleguen a participar de la eterna Bienaventuranza todos nuestros hermanos, parientes y bienhechores difuntos que han pasado de ésta vida a la otra. Por nuestro Señor Jesucristo vuestro Hijo. Amén.

Dios omnipotente, Padre de bondad y de misericordia, apiadaos de las benditas almas del Purgatorio y ayudad a mis queridos padres y antepasados, María Madre de Misericordia, asiste a las Benditas Almas, en tus manos bondadosas pongo este acto de amor, y te pido que por la Muy Preciosa Sangre de Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro, alivie y consuele a las Almas que más sufren las más olvidadas, aquellas que nadie les reza, y por las que más tiempo tienen que padecer ante la Divina Justicia. Amén.

"Jesús, María, Os amo. Salvad almas".

 †

Intenciones por el Santo Padre:

Santísima Madre: colocamos en tu Corazón Inmaculado, el valor de la indulgencia plenaria que la Iglesia nos permite ganar con el rezo del Santo Rosario, orando por las intenciones del Romano Pontífice y las de la Santa Madre Iglesia.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

 SALVE:  
 
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve.
A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva, a Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora Abogada Nuestra, vuelve a nosotros, esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.
Oh, clemente, oh piadosa, oh dulce, siempre Virgen María.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

"Jesús, María, Os amo. Salvad almas".



En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

SIETE ORACIONES POR LAS ALMAS CADA DÍA DE LA SEMANA POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO

Domingo.
 
Señor, Dios todo poderoso, os suplico por la sagrada sangre que Jesús, vuestro divino Hijo, a derramado en el huerto do los olivos, liberad las almas del purgatorio, en particular el alma la mas abandonada, afín que, llegando a la gloria eterna, os alabe y bendiga para siempre jamás. Así sea.
 
Pater, Ave, de Profundis.

Lunes.
 
Señor, Dios todo poderoso, os suplico por la sagrada sangre que Jesús, vuestro divino Hijo, a derramado en la flagelación, liberad las almas del purgatorio, en particular el alma que esta a punto de entrar en el cielo, afín que, llegando a la gloria eterna, os alabe y bendiga para siempre jamás. Así sea.
 
Pater, Ave, de Profundis.

Martes.
 
Señor, Dios todo poderoso, os suplico por la sagrada sangre que Jesús, vuestro divino Hijo, a derramado cuando le coronaron con espinas, liberad las almas del purgatorio, en particular el alma que este condenada mas tiempo, afín que, su pena siendo menguada, no tarde en alabaros en la eterna bienaventuranza. Así sea.
 
Pater, Ave, de Profundis.

Miércoles.
 
Señor, Dios todo poderoso, os suplico por la sagrada sangre que Jesús, vuestro divino Hijo, a derramado en las cales de Jerusalén llevando la cruz, liberad las almas del purgatorio, en particular el alma cuyos méritos sean los mayores, afín que, sobre el trono de gloria que le esta reservado, os alabe y bendiga para siempre jamás. Así sea.
 
Pater, Ave, de Profundis.

Jueves.
 
Señor, Dios todo poderoso, os suplico por el precioso cuerpo y la sagrada sangre que Jesús, vuestro divino Hijo, a dado con sus manos a sus apóstoles la vigilia de la pasión para que les sirvan de comida y de bebida, y que el dejo a su iglesia para ser un sacrificio perpetuo y la comide de su pueblo fiel , liberad las almas del purgatorio, en particular el alma que fue mas abnegada a este misterio de amor, afín que, llegando a la gloria eterna, os alabe y bendiga para siempre jamás. Así sea.
 
Pater, Ave, de Profundis

Viernes.
 
Señor, Dios todo poderoso, os suplico por la sagrada sangre que Jesús, vuestro divino Hijo, a derramado el día de su crucifixión sobre la madera por sus manos y sus pies santos, liberad las almas del purgatorio, en particular el alma por la cual estoy obligado rezar, afín que no me reproche haber retrasado su entrada a vuestra gloria para que os alabe y bendiga para siempre jamás. Así sea. 
 
Pater, Ave, de Profundis

Sábado.
 
Señor, Dios todo poderoso, os suplico por la sagrada sangre que salio del costado de Jesús, vuestro divino Hijo, bajo los ojos de su santísima madre, liberad las almas del purgatorio, en particular el alma que fue la mas devota al sagrado corazón de Jesús y de María, afín que sea admitida en vuestra gloria, para alabaros y bendeciros, Tu que reinas por los siglos de los siglos. Así sea.
 
Pater, Ave, de Profundis

ROSARIO DE JACULATORIAS A LA LLAMA DE AMOR

La devoción a la Llama de Amor del Inmaculado Corazón de María nace en Budapest-Hungría por una revelación particular recibida por una madre de familia humilde, llamada Isabel Szantó de Kindelmann, que enviudó después de 16 años de matrimonio quedando con 6 hijos que tuvo que levantar a fuerza de arduo trabajo y duras jornadas en labores humildes.

A partir de 1961 empezó a recibir estas revelaciones por parte de nuestro Señor Jesús y la Santísima Virgen María, ellos le confiaron el secreto de La Llama de Amor, que es la presencia de Jesús en nuestros corazones.

PARA REZARLA

Comenzamos haciendo 5 veces seguidas la Señal de la Cruz, en honor de las cinco Sagradas Llagas de nuestro Divino Redentor:

“En honor de la Llaga de la Mano derecha”. Hacemos la Señal de la Cruz...
“En honor de la Llaga de la Mano izquierda”. Hacemos la Señal de la Cruz...
“En honor de la Llaga del Pie derecho”. Hacemos la Señal de la Cruz...
“En honor de la Llaga del Pie izquierdo”. Hacemos la Señal de la Cruz...
“En honor de la Llaga del Costado”. Hacemos la Señal de la Cruz...

En las cuentas grandes del rosario recitemos:

V. Corazón doloroso e Inmaculado de María,
R. ruega por nosotros que nos refugiamos en Ti”.

En las cuentas pequeñas decimos:

V. “Madre nuestra, ¡sálvanos!
R. Por la Llama de Amor de tu Inmaculado Corazón.

Recitamos 3 veces el Gloria:

“Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu santo, como era en el principio, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén”.

Terminamos con la jaculatoria de la Llama de Amor:

“Virgen Santísima, sálvanos e inunda toda la Humanidad con las gracias de Tu Llama de Amor, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén”.

(Con aprobación eclesiástica)

CORONITA POR LAS BENDITAS ALMAS DEL PURGATORIO


María, Reina del Purgatorio, te ruego por aquellas almas por las cuales tengo o pueda tener alguna obligación, sea de caridad o de justicia.

1.- Dios te salve María...

V. Dales, Señor, el descanso eterno.
R. Y luzca para ellas la luz perpetua.

V. Descansen en paz.
R. Así sea.

María, Reina del Purgatorio: te ruego por las almas más abandonadas y olvidadas y a las cuales nadie recuerda; tú, Madre, que te acuerdas de ellas, aplícales los méritos de la Pasión de Jesús, tus méritos y los de los santos, y alcancen así el eterno descanso.

1.- Dios te salve María...

V. Dales, Señor, el descanso eterno.
R. Y luzca para ellas la luz perpetua.

V. Descansen en paz.
R. Así sea.

María, Reina del Purgatorio: te ruego por aquellas almas que han de salir más pronto de aquel lugar de sufrimientos, para que cuanto antes vayan a cantar en tu compañía las eternas misericordias del Señor.

3.- Dios te salve María...

V. Dales, Señor, el descanso eterno.
R. Y luzca para ellas la luz perpetua.

V. Descansen en paz.
R. Así sea.

María, Reina del Purgatorio: te ruego de una manera especial por aquellas almas que han de estar más tiempo padeciendo y satisfaciendo a la divina Justicia. Ten compasión de ellas, ya que no pueden merecer sino sólo padecer; abrevia sus penas y derrama sobre estas almas el bálsamo de tu consuelo.

4.- Dios te salve María...

V. Dales, Señor, el descanso eterno.
R. Y luzca para ellas la luz perpetua.

V. Descansen en paz.
R. Así sea.

María, Reina del Purgatorio: te ruego de modo especial por aquellas almas que más padecen. Es verdad que todas sufren con resignación, pero sus penas son atroces y no podemos imaginarlas siquiera. Intercede Madre nuestra por ellas, y Dios escuchará tu oración.

5- Dios te salve María...

V. Dales, Señor, el descanso eterno.
R. Y luzca para ellas la luz perpetua.

V. Descansen en paz.
R. Así sea.

Virgen Santísima, te pido que, así como me acuerdo de las benditas ánimas del Purgatorio, se acuerden de mí los demás, si he de ir allá a satisfacer por mis pecados. En ti, Madre mía, pongo toda mi confianza de hijo, y sé que no he de quedar defraudado. Amén.

ROSARIO A LA VIRGEN DEL CARMEN POR LAS ÁNIMAS DEL PURGATORIO


Señal de la Cruz....

Acto de Contrición:

Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío por ser Vos quien sois¬ y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido. También me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.

Ofrecimiento:

Virgen Santísima, purifica nuestros labios y nuestros corazones para rezar dignamente tu Santísimo Rosario, el que humildemente ofrecemos en satisfacción de nuestros pecados, aumento de la fe, feliz estado de la Iglesia, destrucción de las herejías, paz y concordia y por las benditas almas del Purgatorio.

LAS TRES AVEMARÍAS DE SALUTACIÓN

1.     Dios te salve María, Hija de Dios Padre, llena eres de Gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre: Jesús.
R. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

2.     Dios te salve María, Madre de Dios Hijo, llena eres de Gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre: Jesús.
R. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

3.     Dios te salve María, Esposa fiel de Dios Espíritu Santo, llena eres de Gracia, el Señor es contigo, bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre: Jesús.
R. Santa María Madre de Dios ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

4.   Dios te salve María, templo y sagrario de la Santísima Trinidad: No permitas Virgen Santísima que ningún cristiano viva ni muera en pecado mortal. Amén.

Misterios Gozosos
(Lunes y Jueves)

Primer Misterio: 
La encarnación del Hijo de Dios

Virgen del Carmen, concédenos el don de fe, para que estemos siempre dispuestos a cumplir la voluntad de Dios, al aceptar sin condiciones su palabra.

CUENTAS GRANDES: Padre Nuestro...

Al comienzo de cada decena de Avemarías se dice:

“A la Virgen del Carmen la quiero y venero, porque nos protege en la hora de la muerte y saca a las almas del Purgatorio”.

CUENTAS CHICAS: 10 Avemarías.

Al terminar la decena, decir:

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. 
Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

"Flor del Carmelo, viña florida, esplendor del cielo, Virgen sin mancilla, singular Madre cariñosa, intacta de hombre, a los carmelitas proteja tu nombre, estrella del mar.

Ave María Purísima. Sin pecado concebida.

Segundo Misterio:
 La visitación de María

Virgen del Carmen, queremos imitarte siempre este gesto de bondad con todas las personas necesitadas, que nuestros actos nos hagan solidarios y produzcan frutos de amor.

CUENTAS GRANDES: Padre Nuestro...

Al comienzo de cada decena de Avemarías se dice:

“A la Virgen del Carmen la quiero y venero, porque nos protege en la hora de la muerte y saca a las almas del Purgatorio”.

CUENTAS CHICAS: 10 Avemarías.

Al terminar la decena, decir:

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. 
Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

"Flor del Carmelo, viña florida, esplendor del cielo, Virgen sin mancilla, singular Madre cariñosa, intacta de hombre, a los carmelitas proteja tu nombre, estrella del mar.

Ave María Purísima. Sin pecado concebida.

Tercer Misterio:
El nacimiento de Jesús

Virgen del Carmen, enséñanos de tu Hijo a no poner nuestra confianza en las riquezas, para que no adoremos los ídolos del dinero, del poder ni del prestigio, sino poner toda nuestra confianza en Dios.

CUENTAS GRANDES: Padre Nuestro...

Al comienzo de cada decena de Avemarías se dice:

“A la Virgen del Carmen la quiero y venero, porque nos protege en la hora de la muerte y saca a las almas del Purgatorio”.

CUENTAS CHICAS: 10 Avemarías.

Al terminar la decena, decir:

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. 
Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

"Flor del Carmelo, viña florida, esplendor del cielo, Virgen sin mancilla, singular Madre cariñosa, intacta de hombre, a los carmelitas proteja tu nombre, estrella del mar.

Ave María Purísima. Sin pecado concebida.

Cuarto Misterio:
La presentación de Jesús

Virgen del Carmen, tú que escuchaste las palabras del profeta Simeón, concédenos tu fortaleza para que nosotros ofrezcamos nuestros sufrimientos y colaboremos en la salvación del Mundo.

CUENTAS GRANDES: Padre Nuestro...

Al comienzo de cada decena de Avemarías se dice:

“A la Virgen del Carmen la quiero y venero, porque nos protege en la hora de la muerte y saca a las almas del Purgatorio”.

CUENTAS CHICAS: 10 Avemarías.

Al terminar la decena, decir:

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. 
Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

"Flor del Carmelo, viña florida, esplendor del cielo, Virgen sin mancilla, singular Madre cariñosa, intacta de hombre, a los carmelitas proteja tu nombre, estrella del mar.

Ave María Purísima. Sin pecado concebida.

Quinto Misterio:
El Niño Jesús perdido y encontrado en el Templo

Virgen del Carmen, concédenos imitar tu fe y que aceptemos en nuestras vidas los designios de Dios y con humildad siempre busquemos estar cerca de Jesús.

CUENTAS GRANDES: Padre Nuestro...

Al comienzo de cada decena de Avemarías se dice:

“A la Virgen del Carmen la quiero y venero, porque nos protege en la hora de la muerte y saca a las almas del Purgatorio”.

CUENTAS CHICAS: 10 Avemarías.

Al terminar la decena, decir:

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. 
Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

"Flor del Carmelo, viña florida, esplendor del cielo, Virgen sin mancilla, singular Madre cariñosa, intacta de hombre, a los carmelitas proteja tu nombre, estrella del mar.

Ave María Purísima. Sin pecado concebida.
 
Hacer las oraciones finales:

Misterios Dolorosos
(Martes y viernes)

Primer Misterio:
La oración y la agonía de Jesús en el huerto

Virgen del Carmen al meditar la escena en el huerto de los olivos te pedimos la gracia de aceptar la voluntad del Padre como tú lo hiciste.

CUENTAS GRANDES: Padre Nuestro...

Al comienzo de cada decena de Avemarías se dice:

“A la Virgen del Carmen la quiero y venero, porque nos protege en la hora de la muerte y saca a las almas del Purgatorio”.

CUENTAS CHICAS: 10 Avemarías.

Al terminar la decena, decir:

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. 
Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

"Flor del Carmelo, viña florida, esplendor del cielo, Virgen sin mancilla, singular Madre cariñosa, intacta de hombre, a los carmelitas proteja tu nombre, estrella del mar.

Ave María Purísima. Sin pecado concebida.

Segundo Misterio:
La flagelación de Jesús

Virgen del Carmen tu Hijo encarna en ese momento su vocación de servicio, es decir morir a sí mismo, esa misma donación nos lleve a imitarlo, para que así ganemos la vida eterna.

CUENTAS GRANDES: Padre Nuestro...

Al comienzo de cada decena de Avemarías se dice:

“A la Virgen del Carmen la quiero y venero, porque nos protege en la hora de la muerte y saca a las almas del Purgatorio”.

CUENTAS CHICAS: 10 Avemarías.

Al terminar la decena, decir:

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. 
Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

"Flor del Carmelo, viña florida, esplendor del cielo, Virgen sin mancilla, singular Madre cariñosa, intacta de hombre, a los carmelitas proteja tu nombre, estrella del mar.

Ave María Purísima. Sin pecado concebida.

Tercer Misterio:
La coronación de espinas

Virgen del Carmen la humillación de tu Hijo es la sabía pedagogía de Dios, teniendo en cuenta que por este camino de contrariedad, nos lleva a enfrentar el dolor y ofrecérselo a Él.

CUENTAS GRANDES: Padre Nuestro...

Al comienzo de cada decena de Avemarías se dice:

“A la Virgen del Carmen la quiero y venero, porque nos protege en la hora de la muerte y saca a las almas del Purgatorio”.

CUENTAS CHICAS: 10 Avemarías.

Al terminar la decena, decir:

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. 
Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

"Flor del Carmelo, viña florida, esplendor del cielo, Virgen sin mancilla, singular Madre cariñosa, intacta de hombre, a los carmelitas proteja tu nombre, estrella del mar.

Ave María Purísima. Sin pecado concebida.

Cuarto Misterio:
Jesús con la cruz camino del Calvario

Virgen del Carmen junto a la cruz de tu Hijo depositamos a los pies de El todos nuestros problemas, nuestros sufrimientos y te pedimos que aprendamos a llevar la cruz de cada día.

CUENTAS GRANDES: Padre Nuestro...

Al comienzo de cada decena de Avemarías se dice:

“A la Virgen del Carmen la quiero y venero, porque nos protege en la hora de la muerte y saca a las almas del Purgatorio”.

CUENTAS CHICAS: 10 Avemarías.

Al terminar la decena, decir:

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. 
Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

"Flor del Carmelo, viña florida, esplendor del cielo, Virgen sin mancilla, singular Madre cariñosa, intacta de hombre, a los carmelitas proteja tu nombre, estrella del mar.

Ave María Purísima. Sin pecado concebida.

Quinto Misterio:
La Crucifixión y muerte de Jesús

Virgen del Carmen tú que ofreciste tus dolores en la cruz, concédenos fortaleza para que podamos llegar al final de nuestras vidas, sabiendo que nuestra misión está cumplida.

CUENTAS GRANDES: Padre Nuestro...

Al comienzo de cada decena de Avemarías se dice:

“A la Virgen del Carmen la quiero y venero, porque nos protege en la hora de la muerte y saca a las almas del Purgatorio”.

CUENTAS CHICAS: 10 Avemarías.

Al terminar la decena, decir:

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. 
Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

"Flor del Carmelo, viña florida, esplendor del cielo, Virgen sin mancilla, singular Madre cariñosa, intacta de hombre, a los carmelitas proteja tu nombre, estrella del mar.

Ave María Purísima. Sin pecado concebida.

Hacer las oraciones finales:

Misterios Gloriosos
(Miércoles, sábados y domingos)

Primer Misterio:
 La Resurrección del Señor

Virgen del Carmen tú que fuiste colmada de alegría en la Resurrección de tu Hijo, concédenos que nuestras vidas sean testimonio de fe, esperanza y amor.

CUENTAS GRANDES: Padre Nuestro...

Al comienzo de cada decena de Avemarías se dice:

“A la Virgen del Carmen la quiero y venero, porque nos protege en la hora de la muerte y saca a las almas del Purgatorio”.

CUENTAS CHICAS: 10 Avemarías.

Al terminar la decena, decir:

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
R. como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén. 

"Flor del Carmelo, viña florida, esplendor del cielo, Virgen sin mancilla, singular Madre cariñosa, intacta de hombre, a los carmelitas proteja tu nombre, estrella del mar.

Ave María Purísima. Sin pecado concebida.

Segundo Misterio:
La Ascensión del Señor a los cielos.

Virgen del Carmen que fuiste figurada en una nube por el profeta Elías, que con su lluvia fecundaste copiosamente la tierra, te pedimos que nos alcances de tu Hijo copiosas lluvias de bendiciones en auxilio para nuestras almas.

CUENTAS GRANDES: Padre Nuestro...

Al comienzo de cada decena de Avemarías se dice:

“A la Virgen del Carmen la quiero y venero, porque nos protege en la hora de la muerte y saca a las almas del Purgatorio”.

CUENTAS CHICAS: 10 Avemarías.

Al terminar la decena, decir:

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

"Flor del Carmelo, viña florida, esplendor del cielo, Virgen sin mancilla, singular Madre cariñosa, intacta de hombre, a los carmelitas proteja tu nombre, estrella del mar.

Ave María Purísima. Sin pecado concebida.

Tercer Misterio:
La venida del Espíritu Santo

Virgen del Carmen danos la gracia de perseverar en la oración y así nos dispongamos a recibir los dones del Espíritu Santo y que El renueve nuestras vidas con frutos de virtudes y buenas obras.

CUENTAS GRANDES: Padre Nuestro...

Al comienzo de cada decena de Avemarías se dice:

“A la Virgen del Carmen la quiero y venero, porque nos protege en la hora de la muerte y saca a las almas del Purgatorio”.

CUENTAS CHICAS: 10 Avemarías.

Al terminar la decena, decir:

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. 
Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

"Flor del Carmelo, viña florida, esplendor del cielo, Virgen sin mancilla, singular Madre cariñosa, intacta de hombre, a los carmelitas proteja tu nombre, estrella del mar.

Ave María Purísima. Sin pecado concebida.

Cuarto Misterio:
La Asunción de la Virgen

Virgen del Carmen te pedimos que siempre estés cerca de nosotros para protegemos y asistimos en el momento de nuestra muerte.

CUENTAS GRANDES: Padre Nuestro...

Al comienzo de cada decena de Avemarías se dice:

“A la Virgen del Carmen la quiero y venero, porque nos protege en la hora de la muerte y saca a las almas del Purgatorio”.

CUENTAS CHICAS: 10 Avemarías.

Al terminar la decena, decir:

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. 
Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

"Flor del Carmelo, viña florida, esplendor del cielo, Virgen sin mancilla, singular Madre cariñosa, intacta de hombre, a los carmelitas proteja tu nombre, estrella del mar.

Ave María Purísima. Sin pecado concebida.

Quinto Misterio:
 La coronación de la Santísima Virgen

Virgen del Carmen tú que fuiste ensalzada como reina del universo, a semejanza de tu Hijo concédenos a nosotros, tus hijos peregrinos de este mundo, tu protección maternal y que un día todos gocemos contigo la alegría del reino.

CUENTAS GRANDES: Padre Nuestro...

Al comienzo de cada decena de Avemarías se dice:

“A la Virgen del Carmen la quiero y venero, porque nos protege en la hora de la muerte y saca a las almas del Purgatorio”.

CUENTAS CHICAS: 10 Avemarías.

Al terminar la decena, decir:

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. 
Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

"Flor del Carmelo, viña florida, esplendor del cielo, Virgen sin mancilla, singular Madre cariñosa, intacta de hombre, a los carmelitas proteja tu nombre, estrella del mar.

Ave María Purísima. Sin pecado concebida.

ORACIONES FINALES

ORACIÓN: Virgen Santísima del Carmen: Este Rosario es en acción de gracias por interceder siempre por nosotros. Te damos gracias por todo lo que nos has enseñado, por llevarnos de la mano a tu Divino Hijo Jesús y por estar pendiente de nuestras necesidades humanas, las de nuestra familia, nuestros prójimos y nuestros enemigos. Te damos gracias ¡Oh Madre Santa! porque nos protegerás en la hora de nuestra muerte y nos sacarás con prontitud del Purgatorio. Amén.

LETANÍA A LA VIRGEN DEL CARMEN

1.Señor ten piedad
2.Cristo ten piedad
3.Señor ten piedad
4.Cristo óyenos
5.Cristo escúchanos

6.Dios Padre celestial, R. Ten piedad
7.Dios Hijo Redentor del mundo
8.Dios Espíritu Santo
9.Trinidad Santa, un solo Dios

10.Santa María, Madre de Dios. 
R. Ruega por nosotros
11.Madre del que busca a Dios
12.Madre del que rema para Dios
13.Madre del que mira al cielo
14.Madre del que busca la tierra
15.Virgen del horizonte abierto
16.Virgen que camina sobre las aguas
17.Virgen con el timón de la fe
18.Virgen con la vela de la esperanza
19.Virgen con la vela del amor
20.Virgen con la vela de la gracia
21.Virgen con el ancla del temor de Dios
22.Vencedora de toda tormenta
23.Vencedora de todo miedo
24.Vencedora en todo peligro
25.Reina de los océanos
26.Reina de los marineros
27.Reina de los que confían en Dios
28.Reina de los que se dejan empujar por Dios
29.Reina de los pescadores
30.Estrella de los mares
31.Estrella del anochecer
32.Estrella que da paso al amanecer
33.Estrella que guía a buen puerto
34.Estrella que ilumina la noche
35.Mano que calma la desorientación
36.Mano que cura las heridas
37.Mano que conduce hacia el destino
38.Mano que eleva el espíritu
39.Mano que levanta al abatido
40.Mano que socorre al perdido
41.Mano que empuja la barca de nuestra fe
42.Santa María, Virgen del Carmelo

43.Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. 
R. Escúchanos Señor
44.Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo.
R. Perdónanos, Señor
45.Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo.
R. Ten misericordia de nosotros pecadores.

ORACIÓN:
Señor; Tú, desde el estandarte de la cruz, nos dejaste como compañera y Madre a Santa María Virgen. Al celebrar su memoria, bajo la advocación del “Carmelo” te pedimos que bendigas los surcos de nuestra vida. Son constantes los tropiezos a nuestra fe y los  contrastes y contradicciones  de nuestra vida cristiana.

Por ello mismo, te pedimos Señor, que la Virgen del Carmen salga a nuestro encuentro en toda circunstancia, para que siendo testigo de nuestro intento de seguirte y crecer en nuestra fidelidad al evangelio, pueda presentar ante Ti, Señor, nuestra súplica y nuestros deseos de alcanzar lo que más nos hace falta para llegar a ese fin.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

PETICIONES

1.En nuestro navegar con la Iglesia.
R. Ayúdanos Virgen del Carmen

2.En nuestro miedo a profundizar las verdades de la fe. 
R. Ayúdanos Virgen del Carmen

3.En nuestra cobardía para hacer frente a las tormentas de cada día.
R. Ayúdanos Virgen del Carmen

4. En nuestro intento  de quedarnos en firme tierra sin surcar mares para Dios.
R. Ayúdanos Virgen del Carmen

5. En la tentación de dejar los remos de la fe, de la iglesia o la Eucaristía.
R. Ayúdanos Virgen del Carmen

6. En la salud y en la enfermedad, en la muerte de nuestros seres queridos, en la riqueza y en la pobreza, en la juventud y en la vejez.
R. Ayúdanos Virgen del Carmen

ORACIÓN FINAL
Bajo tu amparo nos acogemos oh Santa Madre de Dios, no desprecies las súplicas que te hacemos en nuestra necesidad; antes bien, líbranos de todos los peligros, oh Virgen Gloriosa y Bendita.

Ruega por nosotros Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de alcanzar y gozar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.