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sábado, 19 de octubre de 2024

El Santo Rosario de la Santísima Virgen


El Santo Rosario forma parte de los Sacramentales; de hecho, es el más poderosos que existe. El rezo del Santo Rosario es necesario para todo Católico. Son inimaginables la cantidad de gracias y favores que recibimos cuando lo rezamos diariamente. La Santísima Virgen a través de este Sacramental rezado todos los días nos ayuda a llegar al Cielo… ¡Qué remedio más grandioso para alcanzar la Felicidad Eterna! ¡Nos libra del Infierno y de las asechanzas del demonio! ¡Si lo rezamos todo los días, alcanzaremos la salvación eterna! ¡Qué hermosa promesa! Y ahora que lo sabes, ¿no lo rezarás tú también todos los días? No hay excusa.

Se puede ofrecer el Santo Rosario por las necesidades de cada persona y en acción de gracias por todos los favores recibidos. Adicionalmente, es muy aconsejable pedirle al Espíritu Santo, tercera Persona de la Santísima Trinidad, que nos ilumine, para que podamos meditar cada uno de los Misterios.

Como rezar el Santo Rosario

1. Con la cruz (5) te persignas, para comenzar la oración.

2. Realizas un acto de contricción, para pedir perdón por tus pecados.

3. Se hace el ofrecimiento del Rosario.Por la paz en el mundo, en reparación por tantos pecados cometidos, por las intenciones del Papa,por las almas del purgatorio, por tus intenciones, etc...

4. Sobre la medalla (1) anuncias el primer misterio según el dia o tiempo liturgico y rezas un Padrenuestro.

5. Luego rezas 10 Avemarías(2).

6. Alabas a la Santísima Trinidad rezando el Gloria(3).Puedes rezar después del Gloria la oración de Fatima o la de san Nicolás.

7. Sobre la misma cuenta (3), anuncias el 2° misterio y rezas el padrenuestro y rezas las siguiente decena de Avemarías y Gloria y así sucesivamente hasta llegar a terminar el 5° misterio con el Gloria sobre la medalla (1).

8. Rezas la Salve Regina.

9. Rezas por las intenciones del Papa para ganar las indulgencias, un Padrenuestro un Avemaría y un Gloria(4).

10. Sobre la cruz rezas el Credo. Te persignas y así terminas de rezar una corona del Santo Rosario.


SEÑAL DE LA SANTA CRUZ

Por la señal de la Santa Cruz (✞), de nuestros enemigos (✞),  líbranos, Señor, Dios nuestro (✞). En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

ACTO DE CONTRICION (Varios)

1) Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y, cumplir la penitencia que me fuera impuesta.

Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así como lo suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita, que los perdonareis, por los méritos de vuestra preciosísima sangre, pasión y muerte, y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en vuestro santo amor y servicio, hasta el fin de mi vida.

2) Pésame, Dios mío y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido, pésame por el infierno que merecí y por el Cielo que perdí. Pero mucho más me pesa porque pecando ofendí a un Dios tan bueno y tan grande como Vos. Antes querría haber muerto que haberos ofendido; y propongo firmemente no pecar más y evitar las ocasiones próximas de pecado . Amén.

V. Abre Señor mis labios 
R. y mi boca proclamará tu alabanza !

V. Dios mío ven en mi auxilio
R. Señor apresúrate a socorrerme

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Continuamos con el Credo. Existen dos Símbolos de fe o Credos. El lector puede rezar cualquiera de los dos (el Símbolo de los Apóstoles o el Niceno constantinopolitano).

CREDO (SÍMBOLO DE LOS APÓSTOLES)

Creo en Dios Padre, Todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra. Y (creo) en Jesucristo, su Único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo; nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado.

Descendió a los Infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos. Subió a los Cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso; desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.

Creo en el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia Católica, en la Comunión de los Santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de la carne, en la vida perdurable. Amén.

CREDO (NICENO CONSTANTINOPOLITANO)

Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso, creador del Cielo y de la tierra, de todas las cosas visibles e invisibles. Y en un solo Señor, Jesucristo, Hijo Unigénito de Dios, y nacido del Padre antes de todos los siglos. Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero. Engendrado, no hecho, consubstancial al Padre: por quien todas las cosas fueron hechas. Quien por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó de los Cielos.

(Arrodillarse para adorar al Verbo encarnado): Y se encarnó, por obra del Espíritu Santo, de María Virgen: y se hizo Hombre.

Crucificado también por nosotros, padeció bajo el poder de Poncio Pilatos y fue sepultado. Y resucitó al tercer día, según las Escrituras. Y subió al Cielo: está sentado a la diestra del Padre. Y otra vez ha de venir con gloria a juzgar a los vivos y a los muertos: y su Reino no tendrá fin.

Creo en el Espíritu Santo, Señor y vivificador, que del Padre y del Hijo procede, que con el Padre y el Hijo juntamente es adorado y glorificado. Que habló por medio de los Profetas.

Creo en la Iglesia que es una, Santa, Católica y Apostólica. Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados. Y espero la resurrección de los muertos. Y la vida (✞) del siglo venidero. Amén. 

OFRECIMIENTO DEL ROSARIO

Dios, Padre Misericordioso, dirige y acepta mis pensamientos, palabras y obras. Y Tú, Virgen Santísima, dame la Gracia de rezar con devoción y amor este Santo Rosario, el cual ofrezco especialmente en reparación por todas las ofensas cometidas contra los Corazones de Jesús, María y José, y para que se acelere el Triunfo de Sus Corazones. Le pido a mi Ángel de la Guarda, a todos los Ángeles y Santos del Cielo y a las Almas del Purgatorio, que me ayuden a rezar este Santo Rosario. Deseo unirme a las intenciones de la Santísima Virgen, a las del Papa y a todos los Rosarios que se están rezando en este momento en el mundo entero, y pedir:

Por la conversión de nosotros, pecadores, por la paz del mundo y la unidad de las familias; por la salvación de todas las almas, y para que Dios Padre detenga el curso de la guerra y nos conceda la Gracia del verdadero Amor y perfecta Obediencia a Su Voluntad.

Por la paz y la unidad de la Iglesia y de todos los Cristianos; por el Papa, los Obispos, Sacerdotes, Religiosos y por todo el laicado en general, para que seamos preservados de las fuerzas del mal; por la salvación de las almas Consagradas, la Santificación del Clero, y para que el Señor suscite los apóstoles de los últimos tiempos.

Por los gobernantes de todas las naciones, para que administren en favor de la paz y la justicia social; por la conversión del corazón del mundo, para que la humanidad reciba una iluminación de conciencia, y para que Jesús calme la naturaleza y las naciones sean preservadas de inundaciones, terremotos, volcanes, devastaciones y guerras.

Por todos los atribulados que sufren: Tristes y oprimidos; explotados y vejados; hambrientos y abandonados; refugiados y damnificados; presos y secuestrados; perseguidos y desterrados; torturados y violados; heridos y enfermos; alcohólicos y drogadictos; dementes y posesos; moribundos y agonizantes, para que sean consolados y salvados.

Por el eterno descanso de las benditas Almas del Purgatorio, especialmente por las más necesitadas y por los ancestros de nuestra familia. Por la liberación de todas las maldiciones ancestrales y para que Satanás sea arrojado nuevamente al infierno.

Después, se rezan un Padrenuestro, tres Avemarías y un Gloria al Padre por las intenciones de la Sede Apostólica, en sufragio de las Benditas Almas del Purgatorio y para obtener las indulgencias concedidas al Santo Rosario:

PADRENUESTRO 

Padre nuestro, que estás en los Cielos. Santificado sea tu Nombre. Venga a nosotros tu Reino. Hágase tu Voluntad, así en la tierra como en el Cielo.

El pan nuestro de cada día dánoslo hoy, y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en la tentación. Más líbranos del mal. Amén.

AVEMARÍA

Dios te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo. Bendita Tú eres entre todas las mujeres y Bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

GLORIA AL PADRE

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, y ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Lo siguiente es meditar los Misterios del día correspondiente:

(*) MISTERIOS GOZOSOS: (se rezan los lunes y sábados)

Se rezan todos los días en tiempo de Adviento y Navidad o en tiempo Ordinario los dias Lunes y Sabado.

1º La Anunciación a la Santísima Virgen y la Encarnación del Hijo de Dios. 
El Arcángel Gabriel se presenta ante la Virgen María y le anuncia que será la Madre de Jesús. “María dijo entonces: Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en Mí lo que has dicho”. (Lc. 1, 38)

María, danos tu humildad y tu disponibilidad a la acción del Espíritu.

2º La Visitación de la Santísima Virgen a su prima Santa Isabel. 
“En aquellos días, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá, a ver a su prima Isabel."  (Lc. 1, 39) 

María, concédenos amar y auxiliar al prójimo.

3º El Nacimiento del Niño Jesús en el Pesebre. 
“Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; y María dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre”. (Lc. 2, 6-7) 

Maria, Haznos pobres de espíritu.

4º La Presentación del Niño Jesús y la Purificación de Nuestra Señora. 
Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al Niño a Jerusalén, para presentarlo al Señor”. (Lc. 2, 22) 

María, Haznos obedientes y sumisos a la voluntad divina.

5º El Niño perdido y hallado en el templo. 
Jesús se ha perdido. Tiene doce años. Acongojada y afanosamente la Virgen lo busca con resignación. “Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley”. (Lc. 2, 46) 

María, Haznos piadosos y que nos ocupemos de las cosas de nuestro Padre.

(*) MISTERIOS LUMINOSOS: (se rezan los jueves)

Se rezan los Jueves Santos o en tiempo Ordinario todos los jueves

1º El Bautismo de Nuestro Señor en el río Jordán: 
“Apenas fue bautizado, Jesús salió del agua. En ese momento se le abrieron los cielos, y vio al Espíritu de Dios descender como una paloma y dirigirse hacia Él. Y se oyó una voz del cielo que decía: Éste es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección”. (Mt. 3, 16-17)

María, concédenos vivir nuestro bautismo con fidelidad a Cristo

2º La autorrevelación de Nuestro Señor en las Bodas de Caná: 
“Y como faltaba vino la madre de Jesús le dijo: No tienen vino. Jesús le respondió: ¿qué tenemos que ver nosotros?. Mi hora no ha llegado todavía. Pero su madre dijo a los sirvientes: Hagan todo lo que Él les diga... Éste fue el primero de los signos de Jesús y lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en Él”. 
(Jn. 2, 3-5, 11)

María, que confiemos en vuestra intercesión y que podamos saber corresponder al Señor.

El anuncio sobre el Reino de Dios y su invitación a la conversión: 
“Allí proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo: El Tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia”. (Mc. 1, 14-15) 

María, concédenos una real conversión de vida.

4º La Transfiguración de Nuestro Señor Jesucristo en el Monte Tabor: 
“Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto y sus vestiduras se volvieron de una blancura deslumbrante... Desde la nube se oyó entonces una Voz que decía: Éste es mi Hijo, el Elegido, escúchenlo”. (Lc. 9, 29 y 35)

María, concédenos mostrarnos el Rostro de tu Santísimo Hijo

5º Jesús instituye la Sagrada Eucaristía: 
“Mientras comían, Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo: Tomen y coman esto es mi Cuerpo. Después tomó una copa, dio gracias y se la entregó diciendo: Beban todos de ella, porque ésta es mi Sangre, la Sangre de la Alianza, que se derrama por muchos para la remisión de los pecados”. 
(Mt. 26, 26-28) 

María, concédenos una verdadera devoción a la Santísima Eucaristía.

(*) MISTERIOS DOLOROSOS: (se rezan los martes y viernes)

Se rezan todos los dias en tiempo de Cuaresma, en Semana Santa o en tiempo Ordinario los dias Martes y Viernes.

1º La Oración y la Agonía de Nuestro Señor en el huerto de los Olivos. 
La noche antes de su muerte en la Cruz, Jesús, que siendo Dios sabía que lo iban a crucificar, sube al Monte de los Olivos a rezar. “Y adelantándose un poco, cayó con el rostro en tierra, orando así: “Padre mío, si es posible, que pase lejos de mí este cáliz, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”. (Mt. 26, 39)

Señor, Concédeme el conocimiento de mis pecados, dolor de ellos y la verdadera contrición

2º La Flagelación de Nuestro Señor. 
“Pilatos mandó entonces azotar a Jesús”. (Jn. 19, 1)

Señor, por Tu carne destrozada por los fuertes azotes, ayúdanos a tener la virtud de la pureza.

3º La Coronación de espinas de Nuestro Señor. 
Los soldados tejieron una corona de espinas y se la pusieron sobre la cabeza. Lo revistieron con un manto rojo, y acercándose, le decían: “¡Salud, rey de los judíos!”, y lo abofeteaban. (Jn. 19, 2-3)

Señor, concédenos el valor moral y purifica nuestra intención.

4º Nuestro Señor con la Cruz a cuestas caminando hacia el Monte Calvario. 
Jesús, cargando sobre sí la cruz, salió de la ciudad para dirigirse al lugar llamado “del Cráneo”, en hebreo “Gólgota”. (Jn. 19, 17)

Maria, concedenos la paciencia de sufrir y aceptar con amor nuestra cruz.

5º La Crucifixión y muerte de Nuestro Señor. 
“Cuando llegaron al lugar llamado “del Cráneo”, lo crucificaron”. (Lc. 23, 33). 
Era alrededor del mediodía. El sol se eclipsó y la oscuridad cubrió toda la tierra hasta las tres de la tarde: el velo del Templo se rasgó por el medio. Jesús, con un grito, exclamó: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. Y diciendo esto, expiró. (Lc. 23, 44-46) 

Señor, por amor a mí sufriste tres horas de torturas en la cruz, concédenos la perseverancia final..

(*) MISTERIOS GLORIOSOS: (se rezan los miércoles y domingos)

Se rezan todos los días en tiempo de Pascua o en tiempo Ordinario los días Miércoles y Domingos.

1º La Resurrección de Nuestro Señor. 
Al entrar al sepulcro, vieron a un joven sentado a la derecha, vestido con una túnica blanca. Ellas quedaron sorprendidas, pero él les dijo: “No teman. Ustedes buscan a Jesús de Nazaret, el Crucificado. Ha resucitado, no está aquí. (Mc. 16, 5-6)

Señor, instrúyeme y aumenta mi fe. Dame el amor confiado.

2º La Ascensión de Nuestro Señor a los Cielos. 
“Ustedes son testigos de todo esto. Y Yo les enviaré lo que mi Padre les ha prometido. Permanezcan en la ciudad, hasta que sean revestidos con la fuerza que viene de lo alto”. Después Jesús los llevó hasta las proximidades de Betania y, elevando sus manos, los bendijo. Mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo”. (Lc. 24, 48-51) 

Señor, Aumenta mi confianza y esperanza en Ti, especialmente en el momento de mi muerte.

3º La Venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles. 
“Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De pronto, vino del cielo un ruido semejante a una ráfaga de viento que resonó en toda la casa donde se encontraban. Entonces vieron aparecer unas lenguas como de fuego, que descendieron por separado sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo”. 
(Hechos 2, 1-4) 

Maria, te pedimos que seamos verdaderos templos del Espiritu Santo, que ilumine nuestras almas para cumplir la Santa Voluntad de Dios

4º La Asunción de Nuestra Señora en cuerpo y alma al Cielo. 
“Finalmente, la Virgen Inmaculada, preservada inmune de toda mancha de culpa original, terminado el decurso de su vida terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial (Lumen Gentium Cap. VIII 59)

Señor, que podamos vivir con humildad y sencillez como lo hizo tu Madre Santísima, para así poder alcanzar una santa muerte.

5º La Coronación de la Santísima Virgen como Reina y Señora de todo lo creado. 
“...Y ensalzada por el Señor como Reina universal con el fin de que se asemejase de forma más plena a su Hijo, Señor de los señores y vencedor del pecado y de la muerte”. (Lumen Gentium Cap. VIII 59)

Madre mía, ayúdame a imitarte y tener verdadera devoción hacia ti, para así obtener la felicidad eterna

Al final de cada Misterio se reza las siguientes jaculatorias:

JACULATORIAS

V: María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia.
R: En la vida y en la muerte, ampáranos, ¡oh, Señora!

ORACIÓN DE N. S. DE FÁTIMA

¡Oh, mi Jesús! Perdónanos; líbranos del fuego del Infierno. Alivia a las Almas del Purgatorio, especialmente, a las más abandonadas.

(Nota: Otras versiones dicen lo siguiente: ¡Oh, mi buen Jesús! Perdona nuestros pecados. Líbranos del fuego del Infierno. Lleva al Cielo a todas las almas, especialmente, a las más necesitadas de vuestra misericordia). Sin embargo, preferimos la primera oración.

OTRAS JACULATORIAS (Opcional)

¡Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo! ¡Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan, no te aman! (Tres veces).

Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo te adoro profundamente y te ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los Sagrarios del mundo, en reparación de los ultrajes con los que El es ofendido. Por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María, te pido la conversión de los pecadores.

V: Ave María, Purísima.
R: Sin Pecado Original Concebida.

V: Alabanzas y gracias sean dadas en todo momento al Santísimo y Divinísimo Sacramento.
R: Y Bendita sea por siempre la Santa e Inmaculada Concepción de la Bienaventurada siempre Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra.

En las tres últimas cuentas del Rosario se reza:

Dios te Salve María Santísima, Hija de Dios Padre, Virgen Purísima antes del parto en tus manos ponemos nuestra fe para que la ilumines

Dios Te Salve, María...

Dios te Salve María Santísima, Madre de Dios Hijo, Virgen Purísima en el parto, en tus manos ponemos nuestra esperanza para que la alientes

Dios Te Salve, María...

Dios te Salve María Santísima, esposa de Dios Espíritu Santo, Virgen Purísima después del parto, en tus manos ponemos nuestra caridad para que la inflames, nuestros dones y carismas para que los perfecciones y todas nuestras necesidades para que las remedies

Dios Te Salve, María...

"Dios te Salve, María Santísima, Templo, Trono y Sagrario de la Santísima Trinidad, Virgen concebida sin la culpa Original".

Al finalizar lo anterior, se reza una SALVE por la conversión de los pecadores, por la propagación de la Fe Católica y por el alivio y descanso de las Benditas Almas del Purgatorio:

SALVE

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y
esperanza nuestra, Dios te salve.

A Ti clamamos los
desterrados hijos de Eva. A Ti suspiramos,
gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. 

¡Ea, pues, Señora Abogada nuestra!
Vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos.

Y después de este destierro, muéstranos
a Jesús, fruto Bendito de tu vientre.

¡Oh, clementísima! ¡Oh, piadosa!
¡Oh, dulce Virgen María!

V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo. Amén.

Para finalizar, recitamos las Letanías de la Santísima Virgen María.

LETANÍAS LAURETANAS

Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros. Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos. 

Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios, ten misericordia de nosotros.

A cada invocación responderemos: ruega por nosotros.

Santa María, 
Santa Madre de Dios, 
Santa Virgen de las Vírgenes, 
Madre de Cristo, 
Madre de la divina gracia, 
Madre purísima, 
Madre castísima, 
Madre sin mancha, 
Madre, que has permanecido virgen, 
Madre incorrupta, 
Madre inmaculada, 
Madre amable, 
Madre admirable, 
Madre del buen consejo, 
Madre del Redentor, 
Madre del Salvador, 
Virgen prudentísima, 
Virgen digna de veneración, 
Virgen digna de alabanza, 
Virgen poderosa, 
Virgen clementísima, 
Virgen fiel, 
Espejo de justicia,
Trono de la sabiduría, 
Causa de nuestra alegría, 
Vaso espiritual, 
Vaso digno de honor, 
Vaso de insigne devoción, 
Rosa mística, 
Torre de David,
Torre de marfil, 
Casa de oro, 
Arca de la Alianza, 
Puerta del cielo, 
Estrella de la mañana, 
Salud de los enfermos, 
Refugio de los pecadores, 
Consuelo de los afligidos,
Auxilio de los cristianos, 
Reina de los Ángeles,
Reina de los Patriarcas, 
Reina de los Profetas,
Reina de los Apóstoles,
Reina de los Mártires, 
Reina de los Confesores,
Reina de las Vírgenes,
Reina de todos los Santos, 
Reina concebida sin mancha del pecado original, 
Reina asunta a los Cielos, 
Reina del Santísimo Rosario, 
Reina de la paz, 
Medianera de todas las gracias,
Abogada y Corredentora de la Humanidad,

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten misericordia de nosotros.

V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Cristo.

Oremos: Concede, Señor y Dios nuestro, a tus siervos gozar de perpetua salud de alma y de cuerpo, y por la gloriosa intercesión de la Bienaventurada siempre Virgen María, líbranos de las tristezas presentes y llévanos a gozar de las eternas alegrías. Por Jesucristo Señor Nuestro. Amén.

ORACIONES RECOMENDADAS AL FINAL

Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios, no desprecies las oraciones que te dirijimos en nuestras necesidades, antes bien líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita.

Ruega por nosotros Santa Madre de Dios para que seamos dignos de alcanzar las gracias y misericordias de Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Oremos: Te rogamos, Señor, que infundas en nuestros corazones tu gracia para que , así como por el anuncio del Angel conocimos la encarnación de Jesucristo tu Hijo, así por su Pasión y Cruz seamos conducidos a la gloria de la Resurrección . Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

ORACIÓN A SAN JOSÉ, ESPOSO DE MARÍA SANTÍSIMA
(Oracion del Papa Leon XIII)

A Vos recurrimos en nuestra tribulación, bienaventurado José, y después de haber implorado el auxilio de vuestra santísima Esposa, solicitamos también confiadamente vuestro Patrocinio. Por el afecto que os unió a la Virgen Inmaculada, Madre de Dios; por el amor paternal que profesasteis al Niño Jesús, os suplicamos que volváis benigno los ojos a la herencia que Jesucristo conquistó con su Sangre, y que nos socorráis, con vuestro poder, en nuestras necesidades.

Proteged, prudentísimo Custodio de la Divina Familia, el linaje escogido de Jesucristo. Preservadnos, Padre amantísimo, de todo contagio de error y corrupción; sednos propicio y asistidnos desde el Cielo, poderosísimo Protector nuestro, en el combate que al presente libramos contra el poder de las tinieblas. Y del mismo modo que, en otra ocasión, librasteis del peligro de la muerte al Niño Jesús, defended ahora a la Santa Iglesia de Dios contra las asechanzas de sus enemigos y contra toda adversidad.

Amparad a cada uno de nosotros con vuestro perpetuo patrocinio a fin de que, siguiendo vuestros ejemplos, y sostenidos por vuestros auxilios, podamos vivir santamente, morir piadosamente y obtener la felicidad eterna del cielo. Amén.

ORACIÓN A SAN MIGUEL ARCÁNGEL

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al Infierno, con el divino poder, a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén.

ORACIÓN FINAL DEL SANTO ROSARIO

¡Oh! Soberano Santuario,
Madre del Divino Verbo,
Libra Virgen del infierno
a los que rezan tu Rosario.

Emperatriz poderosa
de los mortales consuelo;
ábrenos Virgen el Cielo
con una muerte dichosa
y danos pureza de alma
tú que eres tan poderosa.

En el nombre del Padre(✞), y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

(También se puede rezar, y es muy laudable, todo el Santo Rosario completo; de esa manera, daría un total de quince Padrenuestros, ciento cincuenta Avemarías, quince Gloria al Padre y quince oraciones de Fátima).

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15 PROMESAS DE LA SANTISIMA VIRGEN 

El rosario se mantuvo como la oración predilecta durante casi dos siglos, después de su institución por Santo Domingo. Cuando la devoción empezó a disminuir, la Virgen se apareció a Alano de la Rupe y le dijo que reviviera dicha devoción. La Virgen le dijo también que se necesitarían volúmenes inmensos para registrar todos los milagros logrados por medio del rosario y reiteró las promesas dadas a Santo Domingo referentes al Rosario.

Quien me sirviera rezando constantemente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida.

Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente rezaren mi Rosario.

El Rosario será un escudo fuertísimo contra el infierno.

El Rosario hará germinar las virtudes.

El alma que se me encomiende por el Rosario, no perecerá.

El que con devoción rezare mi rosario, no se verá oprimido por la desgracia, ni morirá desgraciadamente.

Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin los Auxilios de la Iglesia.

Quiero que todos los que rezan mi Rosario tengan en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia.

Yo, libro muy pronto del purgatorio a las almas devotas del Rosario.

Los hijos verdaderos de mi Rosario gozarán en el cielo de una gloria singular.

Todo cuanto se pidiere por medio del Rosario se alcanzará prontamente.

Socorreré en todas sus necesidades a los que propaguen mi Rosario.

He impetrado de mi Hijo que todos los cofrades del Rosario tengan en vida y muerte como hermanos a todos los Bienaventurados de la corte celestial.

Los que rezan mi Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi Unigénito Jesús.

La Devoción del Santo Rosario es una señal de predestinación a la gloria.

BENDICIONES DEL ROSARIO

1. Los pecadores obtienen el perdón.
2. Las almas sedientas se sacian.
3. Los que están atados ven sus lazos desechos.
4. Los que lloran hallan alegría.
5. Los que son tentados hallan tranquilidad.
6. Los pobres son socorridos.
7. Los religiosos son reformados.
8. Los ignorantes son instruidos.
9. Los vivos triunfan sobre la vanidad.
10. Los muertos alcanzan la misericordia por vía de sufragios.

BENEFICIOS DEL ROSARIO

1. Nos eleva gradualmente al perfecto conocimiento de Jesucristo.
2. Purifica nuestras almas del pecado.
3. Nos permite vencer a nuestros enemigos.
4. Nos facilita la práctica de las virtudes.
5. Nos abrasa en amor de Jesucristo.
6. Nos proporciona con qué pagar todas nuestras deudas con Dios y con los hombres.
7. Nos consigue de Dios toda clase de gracias.

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