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domingo, 13 de octubre de 2024

Novena de los 54 Dias del Rezo del Santo Rosario

La novena de los 54 días es una serie ininterrumpidas de rosarios en honor a nuestra Señora. Nuestra Señora de Pompeya lo reveló a la desauseada Fortuna Agrelli en Nápoles en el año de 1884. Durante 13 meses Fortuna Agrelli había padecido severos sufrimientos y cólicos terribles, los médicos más famosos ya la habían desauseado. En Febrero 16 de 1884, la angustiada chica y sus parientes empezaron una novena de Rosarios.
 
La Reina del Santo Rosario la favoreció con su aparición el 3 de Marzo. María, sentada en un trono alto, rodeada por figuras luminosas, tenía al divino niño en su regazo y en su mano un Rosario. La Virgen Santa y el Santo Niño estaban adornados de ornamentos de oro incrustado Estaban a su vez acompañados por Santo Domingo y Santa Catalina de Siena. El trono estaba adornado con una inmensidad de flores, la belleza de Nuestra Señora era Maravillosa.
 
La Santísima Virgen dijo: " Niña, me has invocado por diferentes nombres y siempre has obtenido favores míos. Ahora, ya que me has otorgado el tan bello nombre de "La Reina del Santo Rosario", no puedo dejarte sin el favor que me estas pidiendo; ya que este nombre me parece muy hermoso y lo aprecio. Realiza tres novenas y obtendrás todo. " Una vez más La Reina del Santo Rosario se le apareció y dijo: "Todo aquel que desee obtener favores míos deberá realizar tres novenas del Rosario, y tres novenas de Acción de Gracias."
 
La Novena consiste en 5 decenas del Rosario durante 27 días para pedir; inmediatamente se rezan 5 decenas cada día durante 27 días se haya o no recibido la gracia pedida. Las meditaciones varían de día a día. El primer día medita los Misterios Gozosos; el segundo día Los Misterios Dolorosos y el tercer día Los Misterios Gloriosos; el cuarto día medita de nuevo Los Misterios Gozosos, y así durante los 54 días. La petición se hace solamente en los primeros 27 días.
 
Es una Novena laboriosa, pero una Novena de Amor. Aquellos que son sinceros no la encontrarán muy difícil, si realmente quieren obtener lo que piden. Enseguida encontrará una guía para que te ayude a realizar esta Novena.

2. MODO DE PRACTICAR LA NOVENA 

Esta novena del Rosario [1] (conocida también como "novena de los 54 días") consiste en rezar todos los días, durante 27 días consecutivos, una parte del Rosario (cinco padrenuestros, 10 avemarías y Gloria); al final de cada parte del Rosario, o de 50 avemarías debe, asimismo, rezarse la novena de acción de gracias, también por 27 días, se consiga o no lo que se pide.

Cada día serán distintas las meditaciones. Se comenzará el primer día con la meditación de los Misterios Gozosos, el segundo día los Misterios Dolorosos y al tercer día los Misterios Gloriosos; al cuarto día se comenzarán a meditar de nuevo los Misterios Gozosos,. al quinto día los Misterios Dolorosos, al sexto día los Misterios Gloriosos, y así sucesivamente durante 54 días en que duraran la novena de petición y la de acción de gracias.

Algo difícil y pesada es la novena, pero es la novena del Amor. A los que desean alguna gracia, nada es difícil.

Si no se recibiere la gracia o gracias que se desean, debe confiarse en que la Reina del Rosario, que está enterada de las necesidades de cada uno, ya sabrá dar lo que se merece. La oración no quedará en balde. Ninguna oración es infructuosa. Y no se ha oído aún que la Santísima Virgen no haya ayudado a los que a Ella hayan acudido con verdadera confianza.

Considera cada una de las Ave Marías como una rosa que depositas a los pies de María.
Esas rosas reunidas con la comunión espiritual constituirán el bouquet espiritual que más agradará y alegrará a María, y ese bouquet espiritual será el que consiga de la Virgen que sobre ti descienda sus especiales bendiciones.

Y si quieres que el corazón de María se enternezca, enlaza aquel bouquet con una cinta de diamantes, mediante la recepción o comunión del Cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo. Haz esto, y María llena de alegría abrirá para ti los acueductos por donde pasarán las más copiosas gracias.

3. TABLA DE LOS 54 DÍAS DE LA NOVENA 

Nota: La novena se compone de 54 días.
Cada día se reza un misterio del rosario

G=gozosos - D=dolorosos - GL=gloriosos

DÍAS DE LA NOVENA DE PETICION
1
G
2
D
3
GL
4
G
5
D
6
GL
7
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8
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9
GL
 10
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GL

DÍAS DE LA NOVENA DE ACCIÓN DE GRACIAS
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Nota: Tratamos de incluir los Misterios de la Luz, pero necesariamente habría que incluir un día más y ya no sería novena, por lo que es mejor cuando se rece tener en mente entre los Misterios Gozosos y  Dolorosos los acontecimientos a que hacen referencia  los Misterios de la luz, pero no considerarlos en la novena. Sí, en el día que correspondan los misterios Dolorosos, nombrar antes de empezar los misterios de la luz y luego comenzar con los Dolorosos normalmente.

NOVENA DE PETICIÓN:
MISTERIOS GOZOSOS

ORACIÓN QUE SE HARÁ
ANTES DE LA MEDITACIÓN

Dios te Salve María, Reina del Santo Rosario. María, Madre mía, Salve!; a tus pies humildemente postrado me hallo para ofrendarte una corona de Rosas - blancas flores en memoria de tus gozos - cada flor te recordará un misterio; cada diez flores van con mi petición para una gracia particular.

Oh Excelsa Reina, Dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que a ti acuden. Vos no podéis menospreciar esta ofrenda, con la cual van unidas mis peticiones. Al recibir estas ofrendas, recibe, asimismo, mis peticiones: de tus grandes misericordias espero la gracia y favores que con confianza te lo pido.

Cuánto te pido, lo recibiré, ¡demuestra que eres mi Madre!

Credo. Padre Nuestro. Tres Avemarías. Gloria.

Credo de los Apóstoles

Creo en Dios Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor. Que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo; nació de Santa María Virgen. Padeció bajo el poder de Poncio Pilato; fue crucificado, muerto y sepultado. Descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos. Subió a los cielos; está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo. La Santa Iglesia Católica; la comunión de los Santos. El perdón de los pecados. La resurrección de la carne. La vida perdurable. Amén.

Padre nuestro

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre, venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.  Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

Ave María

Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.  Como era en un principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

I. LA ANUNCIACIÓN


Dulce Madre María, yo, que medito el Misterio de la Anunciación, que es cuando el Arcángel San Gabriel te anunció que serías Madre de Dios, ofrendándote aquella sublime salutación, "Salve, llena de gracia, el Señor Dios está contigo", y tú sometiéndote con humildad a la voluntad del Padre respondiste: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tú palabra".

Yo, humildemente te ofrezco: 1 Padrenuestro, 10 avemarías, 1 gloria.

Uno a estas diez rosas mi petición para poseer la virtud de la Humildad y reverentemente deposito a tus plantas estas flores espirituales.

II. LA VISITACIÓN 


Dulce Madre María, meditando en el Misterio de la Visitación que es cuando tú visitando a tú prima Santa Isabel, ella te saludó con estas proféticas palabras; "Bendita tú entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tú vientre" y tú la respondiste con el cántico de los cánticos, el Magnificat.

Yo, humildemente te ofrezco: 1 Padrenuestro, 10 avemarías, 1 gloria.

Uno a estas diez rosas mi petición para poseer la virtud de la Caridad y reverentemente deposito a tus plantas estas flores espirituales.

III. LA NATIVIDAD 


Dulce Madre María, meditando en el Misterio de la Natividad de Nuestro Señor, que es cuando llegado el tiempo, Oh Santa Virgen, nació el Redentor del mundo, en un pesebre en Belén, mientras los ángeles llenaban los cielos con el cántico, "Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad".

Yo, humildemente te ofrezco: 1 Padrenuestro, 10 avemarías, 1 gloria.

Uno a estas diez rosas mi petición, para poseer la virtud de Apartarme de las cosas del mundo y reverentemente deposito a tus plantas estas flores espirituales.

IV. LA PRESENTACIÓN 


Dulce Virgen María; medito ahora el Misterio de la Presentación. Obediente a la ley de Moisés fuiste al Templo de Jerusalén, donde las primeras gotas de la sangre preciosa fueron derramadas, y donde el Profeta Simeón, teniendo en sus brazos al Divino Niño, dio gracias al Padre por haber tenido ya la dicha de ver al Salvador.

Yo, humildemente te ofrezco: 1 Padrenuestro, 10 avemarías, 1 gloria.

Uno a estas diez rosas, mi petición para poseer la virtud de la Pureza y reverentemente deposito a tus plantas estas flores espirituales.

V. EL NIÑO JESÚS HALLADO EN EL TEMPLO 


Dulce Virgen María. Medito ahora el Misterio del Niño Jesús hallado en el Templo. Después de buscarle por tres días, tu corazón apenado, se llenó entonces de alegría al hallarle en el Templo donde estaba discutiendo con los Doctores de la ley, y cuando vistes que Jesús, obediente, regresó al hogar contigo.

Yo, humildemente te ofrezco: 1 Padrenuestro, 10 avemarías, 1 gloria.

Uno a estas diez rosas mi petición para poseer la virtud de la Conformidad con la Voluntad de Dios y reverentemente deposito a tus plantas estas flores espirituales.

Hágase aquí la comunión espiritual.

COMUNIÓN ESPIRITUAL
(Qué se hará después de una parte del Rosario, o sea después de las 50 avemarías)

JESÚS mío, que estás real y verdaderamente presente en el Santísimo Sacramento del Altar. No pudiéndote recibir bajo las especies sacramentales, Te suplico con un corazón lleno de amor y deseos hacia Ti, que vengas a mi alma por medio del Corazón Inmaculado de María, Tu Madre, y que te quedes con nosotros para siempre:
Tu conmigo
Yo contigo
En esta vida
Y en la venidera
Por medio de María.

Oración

Dulce Madre, Virgen María, Te ofrezco esta comunión espiritual como la cinta que enlaza las flores espirituales depositadas a tus plantas.

¡Oh Madre mía! Mira compasiva estas ofrendas y con Tu intercesión, consígueme esta gracia… 
(pídase la gracia que se desea.) Avemaría.

Oración Final

O Dios, que por medio de la vida, muerte y resurrección de Tu Unigénito Hijo nos distes la vida eterna te suplicamos nos concedas, Señor, que nosotros los que meditamos los Misterios del Santo Rosario de la Benditísima Virgen podamos imitar cuantos dichos Misterios contienen y prometen obtener. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.

Que la asistencia divina quede siempre en nosotros. Que descansen en paz las almas de los que ya murieron, por las misericordias de Dios. Amén.

Oh Santísima Virgen María. Unida a la de tu Divino Hijo, danos la bendición para este día (o noche).

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

NOVENA DE PETICIÓN:
MISTERIOS DOLOROSOS

ORACIÓN QUE SE HARÁ
ANTES DE LA MEDITACIÓN

¡Dios te salve María, Reina del Santo Rosario! ¡Madre mía, salve!, a tus pies humildemente postrado me hallo para ofrendarte una corona de flores. Rosas de color rojo como la sangre, en memoria de los dolores que sufristeis junto a tu Hijo divino -cada flor te recordará un misterio; cada diez flores van con mi petición para una gracia particular.

¡Oh Excelsa Reina! Dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que a ti acuden. Vos no podéis menospreciar esta ofrenda, con la cual van unidas mis peticiones. Al recibir estas ofrendas, recibe, asimismo mis peticiones; de tus grandes misericordias espero la gracia y favores que con confianza te pido...

Cuánto te pido, lo recibiré. ¡Demuestra que eres mi Madre!

Credo. Padre Nuestro. Tres Avemarías. Gloria. 

I. LA AGONÍA EN EL HUERTO


Oh afligida Madre, Virgen María. Yo medito ahora el misterio de la Oración de Nuestro Señor en el huerto de Getsemaní, donde sudó sangre. Al contemplar Jesús los pecados del mundo que el demonio le demostró para tentarle a no seguir el sacrificio que estaba próximo a hacer, infundiéndose en su alma el temor por cuanto veía, y cuando todo su bendito cuerpo sudó sangre ante la visión de las torturas y muerte que Él tendría, tus sufrimientos, oh Madre querida, los futuros padecimientos de su Iglesia, y los que El mismo sufriría en el Santísimo Sacramento, Él lloró y exclamó: "Oh Padre, aleja de mí este cáliz, si es posible", pero inmediatamente, conformándose con la voluntad de Su Padre, El, de nuevo exclamó: "No se haga mi voluntad, sino la Tuya".

Yo, humildemente te ofrezco: 1 Padrenuestro, 10 avemarías, 1 gloria.

Uno a estas diez rosas mi petición para poseer la virtud de Conformidad con la Voluntad de Dios y reverentemente deposito a tus plantas estas flores espirituales.

II. LA FLAGELACIÓN 


Oh afligida Madre, Virgen María. Medito ahora el Misterio de la flagelación de Nuestro Señor. Obedeciendo las órdenes de Pilatos, los sicarios arrancaron las vestiduras de TU Hijo, le ataron a la columna infligiéndole crueles azotes de la cabeza a los pies, lacerando así todo su bendito cuerpo hasta dejarle completamente débil.

Yo, humildemente te ofrezco: 1 Padrenuestro, 10 avemarías, 1 gloria.

Uno a estas diez rosas mi petición para poseer la virtud del Sufrimiento y reverentemente deposito a tus plantas estas flores espirituales.

III. LA CORONA DE ESPINAS 


Oh afligida Madre, Virgen María. Medito ahora el Misterio de la Corona de Espinas de Nuestro Señor. La soldadesca buscó agudas espinas y tejiendo con ellas una corona la ciñeron sobre las sienes de Nuestro Señor. No terminó aquí la crueldad. Volvieron a azotarle y a golpearle para que las espinas penetraran e hirieran cada vez más su bendita cabeza. Luego, en medio de las mofas y burlas despiadadas, los sicarios se arrodillaban ante el Señor vociferando: ¡Salve, Rey de los Judíos!.

Yo, humildemente te ofrezco: 1 Padrenuestro, 10 avemarías, 1 gloria.

Uno a estas diez rosas mi petición para poseer la virtud de la Humildad y reverentemente deposito a tus plantas estas flores espirituales.

IV. CON LA CRUZ A CUESTAS 


Oh afligida Madre, Virgen María. Medito ahora el Misterio de la Cruz a cuestas, que es cuando tu Divino Hijo cargando sobre sus hombros la pesada Cruz, débil pero sufrido, entre los desprecios de las turbas y no obstante haber caído en tierra repetidas veces, llegó hasta el Calvario con sus verdugos.

Yo, humildemente te ofrezco: 1 Padrenuestro, 10 avemarías, 1 gloria.

Uno a estas diez rosas mi petición para poseer la virtud de la Paciencia en la Adversidad y reverentemente deposito a tus plantas estas flores espirituales.

V. LA CRUCIFIXIÓN 


Oh afligida Madre, Virgen María. Medito ahora el Misterio de la Crucifixión. Después de despojarle a tu Divino Hijo de sus sagradas vestiduras, le clavaron en la Cruz donde expiró después de tres horas de agonía, y durante este tiempo, oraba ante su Padre implorando perdón para sus enemigos.

Yo, humildemente te ofrezco: 1 Padrenuestro, 10 avemarías, 1 gloria.

Uno a estas diez rosas mi petición para poseer la virtud de Amar a mis Enemigos y reverentemente deposito a tus plantas estas flores espirituales.

Hágase aquí la comunión espiritual

Oración Final

OH Dios, que por medio de la vida, muerte y resurrección de Tu Unigénito Hijo nos distes la vida eterna te suplicamos nos concedas, Señor, que nosotros los que meditamos los Misterios del Santo Rosario de la Benditísima Virgen podamos imitar cuantos dichos Misterios contienen y prometen obtener. Por Jesucristo, Nuestro Señor, Amén.

Que la asistencia divina quede siempre en nosotros.
Que descansen en paz las almas de los que ya murieron, por las misericordias de Dios. Amén.
Oh Santísima Virgen María. Unida a la de tu Divino Hijo, danos la bendición para este día (o noche).

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

NOVENA DE PETICIÓN:
MISTERIOS GLORIOSOS

ORACIÓN QUE SE HARÁ
ANTES DE LA MEDITACIÓN

¡Dios te salve María, Reina del Santo Rosario! ¡Madre mía, salve!, a tus pies humildemente postrado me hallo para ofrendarte una corona de flores. Rosas de color rojo como la sangre, en memoria de los dolores que sufristeis junto a tu Hijo divino -cada flor te recordará un misterio; cada diez flores van con mi petición para una gracia particular.

¡Oh Excelsa Reina! Dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que a ti acuden. Vos no podéis menospreciar esta ofrenda, con la cual van unidas mis peticiones. Al recibir estas ofrendas, recibe, asimismo mis peticiones; de tus grandes misericordias espero la gracia y favores que con confianza te pido...

Cuánto te pido, lo recibiré. ¡Demuestra que eres mi Madre!

Credo. Padre Nuestro. Tres Avemarías. Gloria. 

I. LA RESURRECCIÓN 


Oh gloriosa Madre Virgen María. Medito ahora el Misterio de la Resurrección de Nuestro Señor que es cuando en la mañana del tercer día después de su muerte y sepultura salió de ella y se te presentó, llenando así de indecible alegría tu corazón; se apareció a las santas mujeres, y a sus discípulos quienes al reconocerle le adoraron.

Yo, humildemente te ofrezco: 1 Padrenuestro, 10 avemarías, 1 gloria.

Uno a estas diez rosas mi petición para poseer la virtud de la Fe y reverentemente deposito a tus plantas estas flores espirituales.

II. LA ASCENSIÓN 


Oh gloriosa Madre, Virgen María. Medito ahora el Misterio de la Ascensión que es cuando, cuarenta días después de su Resurrección, fue al monte Olivo acompañado de Ti y de sus Discípulos quienes le adoraron por última vez, prometiéndole El que estaría con ellos hasta la consumación de los siglos. Entonces, extendiendo sus manos sobre sus discípulos, y después de bendecirles, a la vista de todos, subió a los cielos.

Yo, humildemente te ofrezco: 1 Padrenuestro, 10 avemarías, 1 gloria.

Uno a estas diez rosas mi petición para poseer la virtud de la Esperanza y reverentemente deposito a tus plantas estas flores espirituales.

III. LA VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO 


Oh gloriosa Madre, Virgen María. Medito ahora el Misterio de la Venida del Espíritu Santo, cuando los Apóstoles reunidos contigo en una casa en Jerusalén, descendió el Espíritu Santo en formas de lenguas de fuego, inflamando los corazones de los apóstoles con el divino amor, infundiéndoles la sabiduría, dándoles el don de poseer todos los lenguajes, y llenándote con la plenitud de SU gracia, te inspiró para que oraras por los apóstoles y los primeros Cristianos.

Yo, humildemente te ofrezco: 1 Padrenuestro, 10 avemarías, 1 gloria.

Uno a estas diez rosas mi petición para poseer la virtud de la Caridad y reverentemente deposito a tus plantas estas flores espirituales.

IV. LA ASUNCIÓN A LOS CIELOS
DE NUESTRA SANTÍSIMA MADRE 


Oh gloriosa Madre, Virgen María. Medito ahora el Misterio de Tu Asunción a los Cielos, cuando con el intenso deseo de unirte a tu Divino Hijo en los cielos, tu alma, separándose del cuerpo; subió hasta su Dios quién por el amor infinito que tenía a Su Madre cuyo virginal cuerpo fue SU primer tabernáculo en la tierra, lo llevó a los cielos y allí en medio de los ángeles y santos, lo unió a Tu alma bendita.

Yo, humildemente te ofrezco: 1 Padrenuestro, 10 avemarías, 1 gloria.

Uno a estas diez rosas mi petición para poseer la virtud de Unirme a Jesús en Pensamientos y en Sentimientos y reverentemente deposito a tus plantas estas flores espirituales.

V. LA CORONACIÓN DE NUESTRA SANTÍSIMA MADRE EN LOS CIELOS COMO REINA DE TODO LO CREADO 


Oh gloriosa Madre, Virgen María. Medito ahora el Misterio de Tu Coronación en los cielos. Cuando llegastes a los cielos te pusieron tres Coronas. El Dios Padre te coronó como Reina del Cielo; el Dios Hijo te coronó como la más amada de entre todas las criaturas y de entre todas las mujeres y el Espíritu Santo te coronó como su Esposa Inmaculada; la más perfecta adoradora de la Beatísima Trinidad, ruega por nuestra causa como nuestra más poderosa y misericordiosa Madre.

Yo, humildemente te ofrezco: 1 Padrenuestro, 10 avemarías, 1 gloria.

Uno a estas diez rosas mi petición para poseer la virtud de Unirme Contigo y reverentemente deposito a sus plantas estas flores espirituales.

Hágase aquí la comunión espiritual.

Oración Final

O Dios, que por medio de la vida, muerte y resurrección de Tu Unigénito Hijo nos distes la vida eterna te suplicamos nos concedas, Señor, que nosotros los que meditamos los Misterios del Santo Rosario de la Benditísima Virgen podamos imitar cuantos dichos Misterios contienen y prometen obtener. Por Jesucristo, Nuestro Señor, Amén.
Que la asistencia divina quede siempre en nosotros.
Que descansen en paz las almas de los que ya murieron, por las misericordias de Dios. Amén.
Oh Santísima Virgen María. Unida a la de tu Divino Hijo, danos la bendición para este día (o noche).
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

NOVENA DE ACCION DE GRACIAS:
MISTERIOS GOZOSOS

ORACIÓN QUE SE HARÁ
ANTES DE LA MEDITACIÓN

Acción de Gracias 

Dios te Salve María. Reina del Santo Rosario, Madre mía, ¡Salve!. Humildemente me postro a tus pies para ofrendarte una corona de Rosas-blancas flores en memoria de tus gozos-cada flor te recordará un misterio, cada diez flores van con mi petición de una bendición.

Oh Excelsa Reina. Dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que a ti claman. Vos no podéis mirar mis ofrendas sin atender a mis súplicas. Recibe mi ofrenda y recibe también mi agradecimiento; por tu bondad, dame la ayuda que confiado espero en ti.

Credo. Padre Nuestro. Tres Avemarías. Gloria.

I. LA ANUNCIACIÓN 

Dulce Madre María, yo, que medito el Misterio de la Anunciación, que es cuando el Arcángel San Gabriel te anunció que serías Madre de Dios, ofrendándote aquella sublime salutación, "Salve, llena de gracia, el Señor Dios está contigo", y tú sometiéndote con humildad a la voluntad del Padre respondiste: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tú palabra".

Yo, humildemente te ofrezco: 1 Padrenuestro, 10 avemarías, 1 gloria.

Uno a estas diez rosas mi petición para poseer la virtud de la Humildad y reverentemente deposito a tus plantas estas flores espirituales.

II. LA VISITACIÓN 

Dulce Madre María, meditando en el Misterio de la Visitación que es cuando tú visitando a tú prima Santa Isabel, ella te saludó con estas proféticas palabras; "Bendita tú entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tú vientre" y tú la respondiste con el cántico de los cánticos, el Magnificat.

Yo, humildemente te ofrezco: 1 Padrenuestro, 10 avemarías, 1 gloria.

Uno a estas diez rosas mi petición para poseer la virtud de la Caridad y reverentemente deposito a tus plantas estas flores espirituales.

III. LA NATIVIDAD 

Dulce Madre María, meditando en el Misterio de la Natividad de Nuestro Señor, que es cuando llegado el tiempo, Oh Santa Virgen, nació el Redentor del mundo, en un pesebre en Belén, mientras los ángeles llenaban los cielos con el cántico, "Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad".

Yo, humildemente te ofrezco: 1 Padrenuestro, 10 avemarías, 1 gloria.

Uno a estas diez rosas mi petición, para poseer la virtud de Apartarme de las cosas del mundo y reverentemente deposito a tus plantas estas flores espirituales.

IV. LA PRESENTACIÓN 

Dulce Virgen María; medito ahora el Misterio de la Presentación. Obediente a la ley de Moisés fuiste al Templo de Jerusalén, donde las primeras gotas de la sangre preciosa fueron derramadas, y donde el Profeta Simeón, teniendo en sus brazos al Divino Niño, dio gracias al Padre por haber tenido ya la dicha de ver al Salvador.

Yo, humildemente te ofrezco: 1 Padrenuestro, 10 avemarías, 1 gloria.

Uno a estas diez rosas, mi petición para poseer la virtud de la Pureza y reverentemente deposito a tus plantas estas flores espirituales.

V. EL NIÑO JESÚS HALLADO EN EL TEMPLO 

Dulce Virgen María. Medito ahora el Misterio del Niño Jesús hallado en el Templo. Después de buscarle por tres días, tu corazón apenado, se llenó entonces de alegría al hallarle en el Templo donde estaba discutiendo con los Doctores de la ley, y cuando vistes que Jesús, obediente, regresó al hogar contigo.

Yo, humildemente te ofrezco:  1 Padrenuestro, 10 avemarías, 1 gloria.

Uno a estas diez rosas mi petición para poseer la virtud de la Conformidad con la Voluntad de Dios y reverentemente deposito a tus plantas estas flores espirituales.

Hágase aquí la comunión espiritual.

COMUNIÓN ESPIRITUAL
(Qué se hará después de una parte del Rosario,
o sea después de las 50 avemarías)

JESÚS mío, que estás real y verdaderamente presente en el Santísimo Sacramento del Altar. No pudiéndote recibir bajo las especies sacramentales, Te suplico con un corazón lleno de amor y deseos hacia Ti, que vengas a mi alma por medio del Corazón Inmaculado de María, Tu Madre, y que te quedes con nosotros para siempre:
Tu conmigo
Yo contigo
En esta vida
Y en la venidera
Por medio de María.

Oración de Acción de Gracias

Dulce Madre, Virgen María. Te ofrezco esta comunión espiritual como la cinta que enlaza las flores espirituales depositadas a tus plantas en acción de gracias (menciónese la gracia pedida) que Tú, llena de amor has conseguido para mí. Avemaría...

Oración Final

O Dios, que por medio de la vida, muerte y resurrección de Tu Unigénito Hijo nos distes la vida eterna te suplicamos nos concedas, Señor, que nosotros los que meditamos los Misterios del Santo Rosario de la Benditísima Virgen podamos imitar cuantos dichos Misterios contienen y prometen obtener. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.

Que la asistencia divina quede siempre en nosotros.
Que descansen en paz las almas de los que ya murieron, por las misericordias de Dios. Amén.
Oh Santísima Virgen María. Unida a la de tu Divino Hijo, danos la bendición para este día (o noche).
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

NOVENA DE ACCION DE GRACIAS:
MISTERIOS DOLOROSOS

ORACIÓN QUE SE HARÁ
ANTES DE LA MEDITACIÓN

ACCIÓN DE GRACIAS

¡Dios te salve María, Reina del Santo Rosario! ¡Madre mía, salve! Humildemente me postro a tus pies para ofrendarte una corona de, flores. Rosas de color rojo, en memoria de los dolores que sufristeis junto a tu Hijo divino, cada flor te recordará un misterio; cada diez flores van con una petición para una gracia particular.

¡Oh Excelsa Reina, Dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que a ti acuden. Vos, no podéis menospreciar esta ofrenda, con la cual van unidas mis peticiones. Al recibir estas ofrendas recibe, asimismo, mis peticiones; de tus misericordias espero la gracia y favores que con confianza te pido.

Cuánto te pido, lo recibiré, demuestra que eres mi madre.

Credo. Padre Nuestro. Tres Avemarías. Gloria. 

I. LA AGONÍA EN EL HUERTO 

Oh afligida Madre, Virgen María. Yo medito ahora el misterio de la Oración de Nuestro Señor en el huerto de Getsemaní, donde sudó sangre. Al contemplar Jesús los pecados del mundo que el demonio le demostró para tentarle a no seguir el sacrificio que estaba próximo a hacer, infundiéndose en su alma el temor por cuanto veía, y cuando todo su bendito cuerpo sudó sangre ante la visión de las torturas y muerte que Él tendría, tus sufrimientos, oh Madre querida, los futuros padecimientos de su Iglesia, y los que El mismo sufriría en el Santísimo Sacramento, Él lloró y exclamó: "Oh Padre, aleja de mí este cáliz, si es posible", pero inmediatamente, conformándose con la voluntad de Su Padre, El, de nuevo exclamó: "No se haga mi voluntad, sino la Tuya".

Yo, humildemente te ofrezco: 1 Padrenuestro, 10 avemarías, 1 gloria.

Uno a estas diez rosas mi petición para poseer la virtud de Conformidad con la Voluntad de Dios y reverentemente deposito a tus plantas estas flores espirituales.

II. LA FLAGELACIÓN 

Oh afligida Madre, Virgen María. Medito ahora el Misterio de la flagelación de Nuestro Señor. Obedeciendo las órdenes de Pilatos, los sicarios arrancaron las vestiduras de TU Hijo, le ataron a la columna infligiéndole crueles azotes de la cabeza a los pies, lacerando así todo su bendito cuerpo hasta dejarle completamente débil.

Yo, humildemente te ofrezco: 1 Padrenuestro, 10 avemarías, 1 gloria.

Uno a estas diez rosas mi petición para poseer la virtud del Sufrimiento y reverentemente deposito a tus plantas estas flores espirituales.

III. LA CORONA DE ESPINAS 

Oh afligida Madre, Virgen María. Medito ahora el Misterio de la Corona de Espinas de Nuestro Señor. La soldadesca buscó agudas espinas y tejiendo con ellas una corona la ciñeron sobre las sienes de Nuestro Señor. No terminó aquí la crueldad. Volvieron a azotarle y a golpearle para que las espinas penetraran e hirieran cada vez más su bendita cabeza. Luego, en medio de las mofas y burlas despiadadas, los sicarios se arrodillaban ante el Señor vociferando: ¡Salve, Rey de los Judíos!

Yo, humildemente te ofrezco: 1 Padrenuestro, 10 avemarías, 1 gloria.

Uno a estas diez rosas mi petición para poseer la virtud de la Humildad y reverentemente deposito a tus plantas estas flores espirituales.

IV. CON LA CRUZ A CUESTAS 

Oh afligida Madre, Virgen María. Medito ahora el Misterio de la Cruz a cuestas, que es cuando tu Divino Hijo cargando sobre sus hombros la pesada Cruz, débil pero sufrido, entre los desprecios de las turbas y no obstante haber caído en tierra repetidas veces, llegó hasta el Calvario con sus verdugos.

Yo, humildemente te ofrezco: 1 Padrenuestro, 10 avemarías, 1 gloria.

Uno a estas diez rosas mi petición para poseer la virtud de la Paciencia en la Adversidad y reverentemente deposito a tus plantas estas flores espirituales.

V. LA CRUCIFIXIÓN 

Oh afligida Madre, Virgen María. Medito ahora el Misterio de la Crucifixión. Después de despojarle a tu Divino Hijo de sus sagradas vestiduras, le clavaron en la Cruz donde expiró después de tres horas de agonía, y durante este tiempo, oraba ante su Padre implorando perdón para sus enemigos.

Yo, humildemente te ofrezco: 1 Padrenuestro, 10 avemarías, 1 gloria.

Uno a estas diez rosas mi petición para poseer la virtud de Amar a mis Enemigos y reverentemente deposito a tus plantas estas flores espirituales.

Hágase aquí la comunión espiritual

Acción de Gracias

Dulce Madre, Virgen María. Te ofrezco esta comunión espiritual como la cinta que enlaza las flores espirituales depositadas a tus plantas en acción de gracias (menciónese la gracia pedida) que Tú, llena de amor has conseguido para mí. Avemaría...

Oración Final

OH Dios, que por medio de la vida, muerte y resurrección de Tu Unigénito Hijo nos distes la vida eterna te suplicamos nos concedas, Señor, que nosotros los que meditamos los Misterios del Santo Rosario de la Benditísima Virgen podamos imitar cuantos dichos Misterios contienen y prometen obtener. Por Jesucristo, Nuestro Señor, Amén.

Que la asistencia divina quede siempre en nosotros.
Que descansen en paz las almas de los que ya murieron, por las misericordias de Dios. Amén.
Oh Santísima Virgen María. Unida a la de tu Divino Hijo, danos la bendición para este día (o noche).

NOVENA DE ACCION DE GRACIAS:
MISTERIOS GLORIOSOS

ORACIÓN QUE SE HARÁ
ANTES DE LA MEDITACIÓN

ACCIÓN DE GRACIAS

¡Dios te salve María, Reina del Santo Rosario! ¡Madre mía, salve! Humildemente me postro a tus pies para ofrendarte una corona de, flores. Rosas de color rojo, en memoria de los dolores que sufristeis junto a tu Hijo divino, cada flor te recordará un misterio; cada diez flores van con una petición para una gracia particular.

¡Oh Excelsa Reina, Dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que a ti acuden. Vos, no podéis menospreciar esta ofrenda, con la cual van unidas mis peticiones. Al recibir estas ofrendas recibe, asimismo, mis peticiones; de tus misericordias espero la gracia y favores que con confianza te pido.

Cuánto te pido, lo recibiré, demuestra que eres mi madre.

Credo. Padre Nuestro. Tres Avemarías. Gloria.

I. LA RESURRECCIÓN 

Oh gloriosa Madre Virgen María. Medito ahora el Misterio de la Resurrección de Nuestro Señor que es cuando en la mañana del tercer día después de su muerte y sepultura salió de ella y se te presentó, llenando así de indecible alegría tu corazón; se apareció a las santas mujeres, y a sus discípulos quienes al reconocerle le adoraron.

Yo, humildemente te ofrezco: 1 Padrenuestro, 10 avemarías, 1 gloria.

Uno a estas diez rosas mi petición para poseer la virtud de la Fe y reverentemente deposito a tus plantas estas flores espirituales.

II. LA ASCENSIÓN

Oh gloriosa Madre, Virgen María. Medito ahora el Misterio de la Ascensión que es cuando, cuarenta días después de su Resurrección, fue al monte Olivo acompañado de Ti y de sus Discípulos quienes le adoraron por última vez, prometiéndole El que estaría con ellos hasta la consumación de los siglos. Entonces, extendiendo sus manos sobre sus discípulos, y después de bendecirles, a la vista de todos, subió a los cielos.

Yo, humildemente te ofrezco: 1 Padrenuestro, 10 avemarías, 1 gloria.

Uno a estas diez rosas mi petición para poseer la virtud de la Esperanza y reverentemente deposito a tus plantas estas flores espirituales.

III. LA VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO 

Oh gloriosa Madre, Virgen María. Medito ahora el Misterio de la Venida del Espíritu Santo, cuando los Apóstoles reunidos contigo en una casa en Jerusalén, descendió el Espíritu Santo en formas de lenguas de fuego, inflamando los corazones de los apóstoles con el divino amor, infundiéndoles la sabiduría, dándoles el don de poseer todos los lenguajes, y llenándote con la plenitud de SU gracia, te inspiró para que oraras por los apóstoles y los primeros Cristianos.

Yo, humildemente te ofrezco: 1 Padrenuestro, 10 avemarías, 1 gloria.

Uno a estas diez rosas mi petición para poseer la virtud de la Caridad y reverentemente deposito a tus plantas estas flores espirituales.

IV. LA ASUNCIÓN A LOS CIELOS DE NUESTRA SANTÍSIMA MADRE

Oh gloriosa Madre, Virgen María. Medito ahora el Misterio de Tu Asunción a los Cielos, cuando con el intenso deseo de unirte a tu Divino Hijo en los cielos, tu alma, separándose del cuerpo; subió hasta su Dios quién por el amor infinito que tenía a Su Madre cuyo virginal cuerpo fue SU primer tabernáculo en la tierra, lo llevó a los cielos y allí en medio de los ángeles y santos, lo unió a Tu alma bendita.

Yo, humildemente te ofrezco: 1 Padrenuestro, 10 avemarías, 1 gloria.

Uno a estas diez rosas mi petición para poseer la virtud de Unirme a Jesús en Pensamientos y en Sentimientos y reverentemente deposito a tus plantas estas flores espirituales.

V. LA CORONACIÓN DE NUESTRA SANTÍSIMA MADRE EN LOS CIELOS COMO REINA DE TODO LO CREADO 

Oh gloriosa Madre, Virgen María. Medito ahora el Misterio de Tu Coronación en los cielos. Cuando llegastes a los cielos te pusieron tres Coronas. El Dios Padre te coronó como Reina del Cielo; el Dios Hijo te coronó como la más amada de entre todas las criaturas y de entre todas las mujeres y el Espíritu Santo te coronó como su Esposa Inmaculada; la más perfecta adoradora de la Beatísima Trinidad, ruega por nuestra causa como nuestra más poderosa y misericordiosa Madre.

Yo, humildemente te ofrezco: 1 Padrenuestro, 10 avemarías, 1 gloria.

Uno a estas diez rosas mi petición para poseer la virtud de Unirme Contigo y reverentemente deposito a sus plantas estas flores espirituales.

Hágase aquí la comunión espiritual.

Acción de Gracias

Dulce Madre, Virgen María. Te ofrezco esta comunión espiritual como la cinta que enlaza las flores espirituales depositadas a tus plantas en acción de gracias (menciónese la gracia pedida) que Tú, llena de amor has conseguido para mí. Avemaría...

Oración Final

OH Dios, que por medio de la vida, muerte y resurrección de Tu Unigénito Hijo nos distes la vida eterna te suplicamos nos concedas, Señor, que nosotros los que meditamos los Misterios del Santo Rosario de la Benditísima Virgen podamos imitar cuantos dichos Misterios contienen y prometen obtener. Por Jesucristo, Nuestro Señor, Amén.

Que la asistencia divina quede siempre en nosotros.
Que descansen en paz las almas de los que ya murieron, por las misericordias de Dios. Amén.
Oh Santísima Virgen María. Unida a la de tu Divino Hijo, danos la bendición para este día (o noche).

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