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martes, 15 de octubre de 2024

Preparación para la Consagración Total a la Santísima Virgen - Dia 4

Primera Parte

Doce días preliminares

Tema: El espíritu del mundo

Examina tu conciencia, reza, practica la renuncia a tu propia voluntad; mortificación, pureza de corazón. Esta pureza es la condición indispensable para contemplar a Dios en el cielo, verle en la tierra y conocerle a la luz de la fe.

La primera parte de la preparación se deberá emplear en vaciarse del espíritu del mundo, que es contrario al espíritu de Jesucristo. El espíritu del mundo consiste en esencia en la negación del dominio supremo de Dios, negación que se manifiesta en la práctica del pecado y la desobediencia; por tanto es totalmente opuesto al espíritu de Jesucristo, que es también el de María.

Esto se manifiesta por la concupiscencia de la carne, por la concupiscencia de los ojos y por el orgullo como norma de vida, así como por la desobediencia a las leyes de Dios y el abuso de las cosas creadas. Sus obras son el pecado en todas sus formas; en consecuencia todo aquello por lo cual el demonio nos lleva al pecado; obras que conducen al error y oscuridad de la mente y seducción y corrupción de la voluntad. Sus pompas son el esplendor y las artimañas empleadas por el demonio para hacer que el pecado sea deleitoso, en las personas, sitios y cosas. 

Meditación del Día 4

Que ningún bien tiene el hombre de suyo ni cosa alguna de qué alabarse
Señor, ¿qué es el hombre para que te acuerdes de él, o el hijo del hombre para que le visites?

¿Qué ha merecido el hombre para que le dieses Tu gracia?

Señor, ¿de qué me puedo quejar si me desamparas? O ¿cómo justamente podré contender contigo, si no hicieres lo que pido?

Por cierto, una cosa puedo yo pensar y decir con verdad: Nada soy. Señor, nada puedo, nada bueno tengo de mí; mas en todo me hallo vacío, y camino siempre a la nada. Y si no soy ayudado e instruido interiormente por Ti, me vuelvo enteramente tibio y disipado.

Mas Tú, Señor, eres siempre el mismo, y permaneces eternamente, siempre bueno, justo y santo, haciendo todas las cosas bien, justa y santamente, y ordenándolas con sabiduría. Pero yo, que soy más inclinado a caer que a aprovechar, no persevero siempre en un estado, y me mudo siete veces cada día.

Mas luego me va mejor cuando te dignas alargarme tu mano auxiliadora; porque Tú solo, sin humano favor, me puedes socorrer y fortalecer, de manera que no se mude más mi semblante, sino que a Ti solo se convierta y en Ti descanse mi corazón.

El que quisiere estar muy seguro en tiempo de paz, se encontrará abatido y temeroso en tiempo de guerra. Si supieses permanecer siempre humilde y pequeño para contigo, y morar y regir bien tu espíritu, no caerías tan presto en peligro ni pecado.

Buen consejo es que pienses cuando estás con fervor de espíritu, lo que puede ocurrir con la ausencia de luz.

(Imitación de Cristo, libro II, caps. 40 y 7)

Lectura del Tratado de la Verdadera Devoción

Puntos 37 - 48

2. CONSECUENCIAS

1. María es reina de los corazones

37 De lo que acabo de decir se sigue evidentemente: En primer lugar, que María ha recibido de Dios un gran dominio sobre las almas de los elegidos. Efectivamente, no podría fijar en ellos su morada, como el Padre le ha ordenado, ni formarlos, alimentarlos, darlos a luz para la eternidad –como madre suya–, poseerlos como propiedad personal, formarlos en Jesucristo y a Jesucristo en ellos, echar en sus corazones las raíces de sus virtudes y ser la compañera indisoluble del Espíritu Santo para todas las obras de la gracia... No puede, repito, realizar todo esto si no tiene derecho ni dominio sobre las almas por gracia singular del Altísimo, que, habiéndole dado poder sobre su Hijo único y natural, se lo ha comunicado también sobre sus hijos adoptivos no sólo en cuanto al cuerpo -lo cual sería poca cosa-, sino también en cuanto al alma.

38 María es la Reina del cielo y de la tierra por gracia, como Cristo es Rey por naturaleza y por conquista. Ahora bien, así como el reino de Jesucristo consiste principalmente en el corazón o interior de los hombres, según estas palabras: Dentro de ustedes está el reinado de Dios (Lc 17,21), del mismo modo el reino de la Virgen María está principalmente en el interior del hombre, es decir, en su alma. Ella es glorificada, sobre todo, en las almas, juntamente con su Hijo, más que en todas las creaturas visibles, de modo que podemos llamarla, con los santos, Reina de los corazones.

2. María es necesaria a los hombres

1o para la salvación

39 Segunda conclusión. Dado que la Santísima Virgen fue necesaria a Dios con necesidad llamada hipotética, es decir, proveniente de la voluntad divina, debemos concluir que es mucho más necesaria a los hombres para alcanzar la salvación. La devoción a la Santísima Virgen no debe, pues, confundirse con las devociones a los demás santos, como si no fuese más necesaria que ellas y sólo de supererogación.

40 El docto y piadoso Suárez, jesuita; el sabio y devoto Justo Lipsio, doctor de Lovaina, y muchos otros han demostrado con pruebas irrefutables, tomadas de los Padres -como San Agustín, San Efrén, diácono de Edesa; San Cirilo de Jerusalén, San Germán de Constantinopla, San Juan Damasceno, San Anselmo, San Bernardo, San Bernardino, Santo Tomás y San Buenaventura-, que la devoción a la Santísima Virgen es necesaria para la salvación, y que así como es señal infalible de reprobación -según lo han reconocido el mismo Ecolampadio y otros herejes- el no tener estima y amor a la Santísima Virgen, del mismo modo es signo infalible de predestinación el consagrarse a Ella y ser devoto suyo en verdad y plenitud total.

41 Las figuras y palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento lo demuestran. El sentir y ejemplo de los santos lo confirma. La razón y la experiencia lo enseñan y demuestran. El demonio y sus secuaces, impelidos por la fuerza de la verdad, se han visto obligados a confesarlo muchas veces a pesar suyo.

De todos los pasajes de los Santos Padres y doctores -de los cuales he elaborado una extensa colección para probar esta verdad-, presento solamente uno para no ser prolijo: “Ser devoto tuyo, ¡oh María! -dice San Juan Damasceno-, es un arma de salvación que Dios ofrece a los que quiere salvar”35 Ver VD 182.

42 Podría referir aquí varias historias que comprueban esto. Entre otras: 1°, la que se cuenta en las crónicas de San Francisco : cuando vio en éxtasis una larga escalera que llegaba hasta el cielo y en cuya cima estaba la Santísima Virgen. Se le indicó que para llegar al cielo era necesario subir por dicha escalera; 2°, la que se refiere en las crónicas de Santo Domingo (Ver SAR 101-104): cerca de Carcasona, donde el Santo predicaba el Rosario, quince mil demonios que se habían apoderado de un desgraciado hereje se vieron forzados a confesar, con gran confusión suya, por mandato de la Santísima Virgen, muchas, grandes y consoladoras verdades referentes a la devoción a María, con tal fuerza y claridad, que por poco devoto que seas de la Santísima Virgen, no podrás leer esta auténtica historia y el panegírico que el demonio, a pesar suyo, hizo de esta devoción, sin derramar lágrimas de alegría.

2o para una perfección particular

43 Si honrar a la Santísima Virgen es necesario a todos los hombres para alcanzar su salvación, lo es mucho más a los que son llamados a una perfección excepcional. Creo personalmente que nadie puede llegar a una íntima unión con Nuestro Señor y a una fidelidad perfecta al Espíritu Santo sin una unión muy estrecha con la Santísima Virgen y una verdadera dependencia de su socorro.

44 Sólo María halló gracia delante de Dios (Lc 1,30) sin auxilio de ninguna creatura. Sólo por Ella han hallado gracia ante Dios cuantos después de Ella la han hallado, y sólo por Ella la encontrarán cuantos la hallarán en el futuro.

Ya estaba llena de gracia cuando la saludó el arcángel Gabriel. Quedó sobreabundantemente llena de gracia cuando el Espíritu Santo la cubrió con su sombra inefable. Y siguió creciendo de día en día y de momento en momento en esta doble plenitud, de tal manera que llegó a un grado inmenso e incomprensible de gracia.

Por ello, el Altísimo la ha constituido tesorera única de sus riquezas y dispensadora exclusiva de sus gracias para que embellezca, levante y enriquezca a quien Ella quiera; haga transitar por la estrecha senda del cielo a quien Ella quiera; introduzca, a pesar de todos los obstáculos, por la angosta senda de la vida a quien Ella quiera, y dé el trono, el cetro y la corona regia a quien Ella quiera. Jesús es siempre y en todas partes el fruto e Hijo de María; y María es en todas partes el verdadero árbol que lleva el fruto de vida y la verdadera Madre que lo produce.

45 Sólo a María ha entregado Dios las llaves que dan entrada a las bodegas del amor divino.

Sólo María permite la entrada en el paraíso terrestre a los pobres hijos de la Eva infiel para pasearse allí agradablemente con Dios (ver Gén 3,8), esconderse de sus enemigos con seguridad, alimentarse deliciosamente -sin temer ya a la muerte- del fruto de los árboles de la vida y de la ciencia del bien y del mal y beber a boca llena las aguas celestiales de la hermosa fuente que allí mana en abundancia. Mejor dicho, siendo Ella misma este paraíso terrestre o tierra virgen y bendita de la que fueron arrojados Adán y Eva pecadores, permite entrar solamente a aquellos a quienes le place para hacerlos llegar a la santidad.

46 De siglo en siglo, pero de modo especial hacia el fin del mundo, todos los grandes del pueblo buscan tu favor (Sal 45(44),14). San Bernardo comenta así estas palabras del Espíritu Santo: los mayores santos, las personas más ricas en gracia y virtud, son los más asiduos en implorar a la Santísima Virgen y contemplarla siempre como el modelo perfecto que imitar y la ayuda eficaz que les debe socorrer.

47 He dicho que esto acontecerá especialmente hacia el fin del mundo -y muy pronto- porque el Altísimo y su santísima Madre han de formar grandes santos que superarán en santidad a la mayoría de los otros santos cuanto los cedros del Líbano exceden a los arbustos. Así fue revelado a un alma santa cuya vida escribió M. de Renty.

48 Estos grandes santos, llenos de gracia y celo apostólico, serán escogidos por Dios para oponerse a sus enemigos, que bramarán por todas partes. Tendrán una excepcional devoción a la Santísima Virgen, quien les esclarecerá con su luz, les alimentará con su leche, les guiará con su espíritu, les sostendrá con su brazo y les protegerá, de suerte que combatirán con una mano y construirán con la otra (ver Neh 4,17). Con una mano combatirán, derribarán, aplastarán a los herejes con sus herejías, a los cismáticos con sus cismas, a los idólatras con sus idolatrías y a los pecadores con sus impiedades. Con la otra edificarán el templo del verdadero Salomón y la mística ciudad de Dios, es decir, la Santísima Virgen, llamada precisamente por los Padres templo de Salomón y ciudad de Dios.

Con sus palabras y ejemplos atraerán a todos a la verdadera devoción a María. Esto les granjeará muchos enemigos, pero también muchas victorias y gloria para Dios sólo. Así lo reveló Dios a San Vicente Ferrer, gran apóstol de su siglo, como lo consignó claramente en uno de sus escritos. Es lo que parece haber predicho el Espíritu Santo con las palabras del salmista:

....para que se sepa que Dios gobierna a Jacob
y hasta el confín de la tierra.
Vuelven por la tarde, ladran como perros,
merodean por la ciudad. (Sal 59 [58],14-16)

Esta ciudad a la que acudirán los hombres al fin del mundo para convertirse y saciar su hambre de justicia es la Santísima Virgen, a quien el Espíritu Santo llama morada y ciudad de Dios (Sal 87 (86),3).

Después de la meditación de cada día, se han de rezar las siguientes oraciones.

Oraciones Diarias Correspondientes

Veni Creator Spiritus

Ven Espíritu creador; visita las almas de tus fieles.
Llena de la divina gracia los corazones que Tú mismo has creado.
Tú eres nuestro consuelo, don de Dios altísimo, fuente viva, fuego, caridad y espiritual unción.

Tú derramas sobre nosotros los siete dones; Tú el dedo de la mano de Dios,
Tú el prometido del Padre, pones en nuestros labios los tesoros de tu palabra.
Enciende con tu luz nuestros sentidos, infunde tu amor en nuestros corazones
y con tu perpetuo auxilio, fortalece nuestra frágil carne.

Aleja de nosotros al enemigo, danos pronto tu paz,
siendo Tú mismo nuestro guía evitaremos todo lo que es nocivo.
Por Ti conozcamos al Padre y también al Hijo y que en Ti,
que eres el Espíritu de ambos, creamos en todo tiempo.

Gloria a Dios Padre y al Hijo que resucitó de entre los muertos,
y al Espíritu Consolador, por los siglos infinitos. Amén.

Ave Maris Stella

Salve, estrella del mar,
Madre santa de Dios
y siempre Virgen,
feliz puerta del cielo.

Aceptando aquel «Ave»
de la boca de Gabriel,
afiánzanos en la paz
al trocar el nombre de Eva.

Desata las ataduras de los reos,
da luz a quienes no ven,
ahuyenta nuestros males,
pide para nosotros todos los bienes.

Muestra que eres nuestra Madre,
que por ti acoja nuestras súplicas
Quien nació por nosotros,
tomando el ser de ti.

Virgen singular,
dulce como ninguna,
líbranos de la culpa,
haznos dóciles y castos.

Facilítanos una vida pura,
prepáranos un camino seguro,
para que viendo a Jesús,
nos podamos alegrar para siempre contigo.

Alabemos a Dios Padre,
glorifiquemos a Cristo soberano
y al Espíritu Santo,
y demos a las Tres personas un mismo honor.
Amén.

Magnificat

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

 

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