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sábado, 7 de junio de 2025

Preparación para la Consagración al Sagrado Corazón de Jesús - Día 14

Oraciones iniciales para todos los días

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Acto de Contrición

Pésame, Dios mío, y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido. Pésame por el Infierno que merecí y por el Cielo que perdí; pero mucho más me pesa porque, pecando ofendí a un Dios tan bueno y tan grande como Vos. Antes querría haber muerto que haberos ofendido, y propongo firmemente no pecar más, y evitar las ocasiones próximas de pecado. Amén

Oración al Espíritu Santo

Ven, Espíritu Santo ven, ven por medio de la dulce y poderosa intercesión del Corazón Inmaculado de María tu amadísima Esposa (tres veces para glorificar la Santísima Trinidad).

Consagración a la Virgen María

¡Oh Señora mía, oh Madre mía!, yo me entrego del todo a Ti, y en prueba de mi filial afecto, te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua y mi corazón, en una palabra, todo mi ser, ya que soy todo tuyo, ¡oh Madre de bondad!, guárdame y protégeme como hijo y posesión tuya. Amén.

Oración a San José (Papa León XIII)

A Vos, bienaventurado San José, acudimos en nuestra tribulación; y, después de invocar el auxilio de vuestra Santísima Esposa, solicitamos también confiadamente vuestro patrocinio.

Por aquella caridad que con la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, os tuvo unido, y por el paterno amor con que abrazasteis al Niño Jesús, humildemente os suplicamos volváis benigno los ojos a la herencia que con su Sangre adquirió Jesucristo, y con vuestro poder y auxilio socorráis nuestras necesidades.

Proteged, oh providentísimo Custodio de la Sagrada Familia, la escogida descendencia de Jesucristo; apartad de nosotros toda mancha de error y corrupción; asistidnos propicio, desde el Cielo, fortísimo libertador nuestro en esta lucha con el poder de las tinieblas; y, como en otro tiempo librasteis al Niño Jesús del inminente peligro de su vida, así, ahora, defended la Iglesia Santa de Dios de las asechanzas de sus enemigos y de toda adversidad, y a cada uno de nosotros protegednos con perpetuo patrocinio, para que, a ejemplo vuestro y sostenidos por vuestro auxilio, podamos santamente vivir y piadosamente morir y alcanzar en el Cielo la eterna felicidad. Amén

Rosario del Sagrado Corazón de Jesús

En las cuentas grandes:

Te adoramos, oh Jesús, que fuiste afligido hasta el exceso en el Huerto, y que ahora todavía eres tan cruelmente ultrajado por los impíos en el Santísimo Sacramento. Reconocemos, ¡oh amable Salvador!, que Tú eres el solo Santo, el solo Señor y el solo Altísimo.

En las cuentas pequeñas:

V. Yo te adoro, Sacratísimo Corazón de Jesús.
R. Abrasa mi corazón en el divino amor en que te abrasas.

En vez del Gloria:

V. Jesús, manso y humilde de Corazón.
R. Haz mi corazón semejante al Tuyo.

Al final del rosario se reza un Padrenuestro, un Ave María y la siguiente oración:

Jesucristo Dios que, por un inefable milagro de caridad, te dignaste entregar tu Corazón a los hombres a fin de ganar enteramente sus corazones, escucha nuestras humildes súplicas y perdona nuestros pecados, de los cuales nos reconocemos culpables delante de Ti; echa una mirada compasiva a todos aquellos a quienes consagras los afectos de tu tan amable Corazón. Ya que lloramos y detestamos de todo corazón los impíos ultrajes, los desprecios, burlas y sacrilegios con que hombres ingratos te ofenden en todas las partes del mundo; haz que honrándote dignamente en el adorable misterio de nuestros altares, estemos animados de los sentimientos de tu Corazón Sagrado, y que durante toda la eternidad alabemos dignamente el amor que nos ha tenido tu Divino Corazón. Te lo rogamos, a Ti que vives y reinas con el Padre y en unión del Espíritu Santo por todos los siglos de los siglos. Amén.

Letanías al Sagrado Corazón de Jesús

Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.

Padre eterno, Dios de los cielos, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Santa Trinidad, un solo Dios, ten piedad de nosotros.

A cada invocación responderemos: ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre, 
Corazón de Jesús, formado por el Espíritu Santo en el seno de la Virgen Madre, 
Corazón de Jesús, unido substancialmente al Verbo de Dios,
Corazón de Jesús, de majestad infinita, 
Corazón de Jesús, templo santo de Dios,
Corazón de Jesús, Tabernáculo del Altísimo, 
Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del Cielo, 
Corazón de Jesús, hoguera ardiente de caridad,
Corazón de Jesús, asilo de justicia y de amor, 
Corazón. de Jesús, lleno de bondad y de amor, 
Corazón de Jesús, abismo de todas las Virtudes, 
Corazón de Jesús, dignísimo de toda alabanza, 
Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones,
Corazón de Jesús, en quien están todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia, 
Corazón de Jesús, en quien habita toda la plenitud de la divinidad, 
Corazón de Jesús, en quién el Padre halló sus complacencias,
Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos hemos recibido, 
Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados, 
Corazón de Jesús, paciente y de mucha misericordia,
Corazón de Jesús, rico para todos los que te invocan,
Corazón de Jesús, fuente de vida y de santidad, 
Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados,
Corazón de Jesús, saciado de oprobios, 
Corazón de Jesús, despedazado por nuestros delitos, 
Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte,
Corazón de Jesús; traspasado por una lanza, 
Corazón de Jesús, fuente de toda consolación, 
Corazón de Jesús, Vida y resurrección nuestra, 
Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra,
Corazón de Jesús, víctima de los pecadores, 
Corazón de Jesús, salvación de los que en Ti esperan, 
Corazón de Jesús, esperanza de los que en Ti mueren, 
Corazón de Jesús delicia de todos los santos, 

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, escúchanos Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros.

V Jesús manso y humilde de corazón.
R Haz mi corazón semejante al Tuyo.

Oración

Omnipotente y sempiterno Dios, mira al Corazón de tu amadísimo Hijo y a las alabanzas y satisfacciones que te dio en nombre de los pecadores, y concede propicio el perdón a los que imploran tu misericordia, en nombre de tu mismo Hijo Jesucristo, que Contigo Vive y reina en unión con el Espíritu Santo, Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.

Meditación Correspondiente

DÍA 14 - Sé apóstol fiel de Mi Sagrado Corazón.

Hijo, hazte amigo fiel de Mi Sagrado Corazón. Sé Mi confidente de amor, tengo tantos Misterios para revelarte, tantas grandezas para mostrarte, pero exijo de ti humildad, pureza de corazón. 
 
Sé apóstol fiel de Mi Sagrado Corazón, así como lo fue San Juan Bautista que, movido por la Gracia del Cielo, predicaba: «Después de mí, viene El que Es más Poderoso que yo, ante quien yo no soy digno de inclinarme para desatarle la correa de las sandalias; yo os he bautizado en agua, pero Él os bautizará en el Espíritu Santo.» 
 
San José y Mi Madre Amada, también fueron apóstoles de Mi Sagrado Corazón. Ellos fueron Mis protectores en la tierra. 
 
Los Tres Reyes de Oriente Me hallaron con Mi Madre, y postrados Me adoraron, y Me ofrecieron presentes de oro, incienso y mirra. 
 
Mira al anciano Simeón y a la profetisa Ana. Este hombre justo y temeroso de Dios había recibido la revelación del Espíritu Santo, de que no moriría antes de ver al Cristo o Ungido del Señor. Asimismo, Ana, llegando en aquel mismo momento, alababa a Dios y hablaba de Él a todos los que esperaban la redención de Jerusalén. Experimentaron gozo en el alma al sentir cómo los latidos de Mi Divino Corazón, se unían a los suyos. 
 
¿Y qué decir de los amigos de Betania? Lázaro, Marta, en especial María, se deleitaban de amor ante Mi Presencia; sus sentidos se extasiaban en la adoración y en contemplación. Paso a paso iban descubriendo las riquezas insondables de Mi Sagrado Corazón. María se postraba a Mis pies, Mis Palabras aceleraban los latidos de su corazón. Mis Palabras le recreaban, le extasiaban su alma de paz. 
 
La samaritana supo descubrir la fuente inagotable del Agua Viva, el océano infinito de Misericordia de Mi Sagrado Corazón. Degustó de Mi Presencia, y nuestro encuentro renovó su corazón. 
 
Los apóstoles supieron dejarlo todo por Mí. Lo abandonaron todo porque sabían que en Mí lo encontrarían todo, absolutamente todo. 
 
San Juan, Mi discípulo amado, recostaba su cabeza en Mi Pecho Santo. Cada latido de Mi Divino Corazón era un: Te amo
 
San Francisco de Asís meditó los Misterios de Mi Sagrada Pasión; fue alma reparadora, víctima de Mi Sagrado Corazón. 
 
Santa Clara saludaba Mi Sagrado Corazón en el Santísimo Sacramento muchas veces al día. 
 
A Santa Gertrudis le permití en varios momentos reclinar su cabeza sobre Mi Pecho y oír los latidos de Mi Corazón. En una visión, en la Fiesta de San Juan Evangelista, Mi discípulo amado le comunicó que en los últimos tiempos estaría reservada la Gracia de oír la Voz elocuente de Mi Sagrado Corazón. A esta Voz, el mundo delimitado en el amor a Dios se renovará, se levantará de su letargo y será inflamado en la Llama de Mi Amor Divino. 
 
San Juan Eudes supo adorar Mi Divino Corazón, y rendirle grandes tributos al Corazón Inmaculado de Mi Madre. 
 
Santa Margarita María de Alacoque, Mi gran confidente, se extasiaba de amor en El Sagrario. Allí, los latidos de Mi Divino Corazón, brotados desde la Hostia Consagrada, elevaron su espíritu en contemplación; ella fue destinada para descubrirle a la humanidad entera la Riqueza de Mi Sagrado Corazón. A ella le manifesté Mis Dulzuras, Mi Ternura. Por medio de ella, llamo a todos los hombres a reparar las injurias y ultrajes que recibo de parte de muchos hombres. Porque Mi Corazón es traspasado por lanzas de desamor, de ingratitud. 
 
San Claudio de La Colombiere, humilde Sacerdote, confesor y director espiritual de Santa Margarita María de Alacoque, él también supo ser apóstol de Mi Sagrado Corazón; su corazón ardía de celo y amor por Mí. 
 
Beato Bernardo Francisco de Hoyos, primer apóstol de la Devoción a Mi Sagrado Corazón en España, al cual le dije: «Reinaré en España, y con más veneración que en otras partes.» 
 
La Beata María del Divino Corazón, alma a la que también le hice sentir y experimentar el Amor que contenía Mi Sagrado Corazón. Por medio de ella hice que el mundo entero fuese Consagrado a Mi Sagrado Corazón. 
 
Los mártires de Mi Iglesia, ellos derramaron su sangre y dieron su vida por Mí. Estas almas privilegiadas supieron ser apóstoles de Mi Sagrado Corazón. ¿Quieres descubrir la gran Ciencia que contiene Mi Sagrado Corazón? Si quieres, te abriré el Libro de Oro de Mi Sagrado Corazón, para que te hagas sabio. 
 
Y hoy, tengo tu nombre escrito en el libro de oro de mi Divino Corazón; porque, una vez consagres tu vida totalmente a Mí, haré de ti apóstol de mi Sagrado Corazón porque eres humilde, porque tienes corazón de niño; te revelo los misterios ocultos, escondidos.

Hijo, espero que mis lecciones de amor despierten en ti piedad, fervor, ansias en amar y adorar mi Divino Corazón; y rendirle todos los tributos y los homenajes al Dios escondido en la Hostia Consagrada.
 
Oraciones finales para todos los días

Consagración diaria al Sagrado Corazón de Jesús

Oh Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes, os consagro toda mi vida y todo mi ser; desde el día de mi santo Bautismo, toda mi vida os pertenece. En el corazón Inmaculado de María, os consagro mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón. Os consagro mi entendimiento, mi memoria y mi voluntad, también la imaginación, toda alegría, todo sufrimiento, y toda mortificación; en una palabra, todo mi ser; y ya que en María, con María, por María y para María, soy todo vuestro; guardadme protegedme y dadme vuestro Sagrado Corazón, para toda mi vida y toda la eternidad. Amén.

Oración final

¡Oh, Corazón Divino de Jesús, digno de la adoración de los hombres y de los Ángeles! ¡Oh, Corazón inefable y verdaderamente amable! Digno de ser adorado con infinitas alabanzas, por ser fuente de todos los bienes, por ser origen de todas las virtudes. Dame la gracia de reparar las injurias e ingratitudes proferidas a tu amante Corazón.

¡Oh, Corazón dulcísimo de Jesús! Yo te adoro con todas las fuerzas de mi corazón; te alabo y te ofrezco las alabanzas de todos los más amantes Serafines de la corte Celestial y todas las que pueda darte el Corazón de tu Santísima Madre. Amén.  

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