sábado, 16 de noviembre de 2024

Preparación para la Consagración al Sagrado Corazón de Jesús - Día 10

Oraciones iniciales para todos los días

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Acto de Contrición

Pésame, Dios mío, y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido. Pésame por el Infierno que merecí y por el Cielo que perdí; pero mucho más me pesa porque, pecando ofendí a un Dios tan bueno y tan grande como Vos. Antes querría haber muerto que haberos ofendido, y propongo firmemente no pecar más, y evitar las ocasiones próximas de pecado. Amén

Oración al Espíritu Santo

Ven, Espíritu Santo ven, ven por medio de la dulce y poderosa intercesión del Corazón Inmaculado de María tu amadísima Esposa (tres veces para glorificar la Santísima Trinidad).

Consagración a la Virgen María

¡Oh Señora mía, oh Madre mía!, yo me entrego del todo a Ti, y en prueba de mi filial afecto, te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua y mi corazón, en una palabra, todo mi ser, ya que soy todo tuyo, ¡oh Madre de bondad!, guárdame y protégeme como hijo y posesión tuya. Amén.

Oración a San José (Papa León XIII)

A Vos, bienaventurado San José, acudimos en nuestra tribulación; y, después de invocar el auxilio de vuestra Santísima Esposa, solicitamos también confiadamente vuestro patrocinio.

Por aquella caridad que con la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, os tuvo unido, y por el paterno amor con que abrazasteis al Niño Jesús, humildemente os suplicamos volváis benigno los ojos a la herencia que con su Sangre adquirió Jesucristo, y con vuestro poder y auxilio socorráis nuestras necesidades.

Proteged, oh providentísimo Custodio de la Sagrada Familia, la escogida descendencia de Jesucristo; apartad de nosotros toda mancha de error y corrupción; asistidnos propicio, desde el Cielo, fortísimo libertador nuestro en esta lucha con el poder de las tinieblas; y, como en otro tiempo librasteis al Niño Jesús del inminente peligro de su vida, así, ahora, defended la Iglesia Santa de Dios de las asechanzas de sus enemigos y de toda adversidad, y a cada uno de nosotros protegednos con perpetuo patrocinio, para que, a ejemplo vuestro y sostenidos por vuestro auxilio, podamos santamente vivir y piadosamente morir y alcanzar en el Cielo la eterna felicidad. Amén

Rosario del Sagrado Corazón de Jesús

En las cuentas grandes:

Te adoramos, oh Jesús, que fuiste afligido hasta el exceso en el Huerto, y que ahora todavía eres tan cruelmente ultrajado por los impíos en el Santísimo Sacramento. Reconocemos, ¡oh amable Salvador!, que Tú eres el solo Santo, el solo Señor y el solo Altísimo.

En las cuentas pequeñas:

V. Yo te adoro, Sacratísimo Corazón de Jesús.
R. Abrasa mi corazón en el divino amor en que te abrasas.

En vez del Gloria:

V. Jesús, manso y humilde de Corazón.
R. Haz mi corazón semejante al Tuyo.

Al final del rosario se reza un Padrenuestro, un Ave María y la siguiente oración:

Jesucristo Dios que, por un inefable milagro de caridad, te dignaste entregar tu Corazón a los hombres a fin de ganar enteramente sus corazones, escucha nuestras humildes súplicas y perdona nuestros pecados, de los cuales nos reconocemos culpables delante de Ti; echa una mirada compasiva a todos aquellos a quienes consagras los afectos de tu tan amable Corazón. Ya que lloramos y detestamos de todo corazón los impíos ultrajes, los desprecios, burlas y sacrilegios con que hombres ingratos te ofenden en todas las partes del mundo; haz que honrándote dignamente en el adorable misterio de nuestros altares, estemos animados de los sentimientos de tu Corazón Sagrado, y que durante toda la eternidad alabemos dignamente el amor que nos ha tenido tu Divino Corazón. Te lo rogamos, a Ti que vives y reinas con el Padre y en unión del Espíritu Santo por todos los siglos de los siglos. Amén.

Letanías al Sagrado Corazón de Jesús

Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.

Padre eterno, Dios de los cielos, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Santa Trinidad, un solo Dios, ten piedad de nosotros.

A cada invocación responderemos: ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre, 
Corazón de Jesús, formado por el Espíritu Santo en el seno de la Virgen Madre, 
Corazón de Jesús, unido substancialmente al Verbo de Dios,
Corazón de Jesús, de majestad infinita, 
Corazón de Jesús, templo santo de Dios,
Corazón de Jesús, Tabernáculo del Altísimo, 
Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del Cielo, 
Corazón de Jesús, hoguera ardiente de caridad,
Corazón de Jesús, asilo de justicia y de amor, 
Corazón. de Jesús, lleno de bondad y de amor, 
Corazón de Jesús, abismo de todas las Virtudes, 
Corazón de Jesús, dignísimo de toda alabanza, 
Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones,
Corazón de Jesús, en quien están todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia, 
Corazón de Jesús, en quien habita toda la plenitud de la divinidad, 
Corazón de Jesús, en quién el Padre halló sus complacencias,
Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos hemos recibido, 
Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados, 
Corazón de Jesús, paciente y de mucha misericordia,
Corazón de Jesús, rico para todos los que te invocan,
Corazón de Jesús, fuente de vida y de santidad, 
Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados,
Corazón de Jesús, saciado de oprobios, 
Corazón de Jesús, despedazado por nuestros delitos, 
Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte,
Corazón de Jesús; traspasado por una lanza, 
Corazón de Jesús, fuente de toda consolación, 
Corazón de Jesús, Vida y resurrección nuestra, 
Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra,
Corazón de Jesús, víctima de los pecadores, 
Corazón de Jesús, salvación de los que en Ti esperan, 
Corazón de Jesús, esperanza de los que en Ti mueren, 
Corazón de Jesús delicia de todos los santos, 

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, escúchanos Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros.

V Jesús manso y humilde de corazón.
R Haz mi corazón semejante al Tuyo.

Oración

Omnipotente y sempiterno Dios, mira al Corazón de tu amadísimo Hijo y a las alabanzas y satisfacciones que te dio en nombre de los pecadores, y concede propicio el perdón a los que imploran tu misericordia, en nombre de tu mismo Hijo Jesucristo, que Contigo Vive y reina en unión con el Espíritu Santo, Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.

Meditación Correspondiente

DÍA 10 - Presta atención a Mi lección de amor

Hijo, Mi Divino Corazón es Hoguera de Amor para todos los hombres. Si sientes frío, acércate a Mí, te calentaré dulcemente. Si te sientes débil para continuar por el camino estrecho y angosto que te lleva al Cielo, acércate a Mí que te haré fuerte. Si sientes dudas de que en verdad estás viviendo de acuerdo a Mi Divina Voluntad, acércate a Mí, te daré certeza de que todo lo que estás haciendo es de Mi agrado. Hoy, deja quitar la vellida, no Me digas nada, sólo mírame, adórame y alábame; sólo presta atención a Mi lección de amor.

El amor a Mi Divino Corazón debe ser un amor de gratitud.

Te he llamado, no he tenido en cuenta tus miserias, tus debilidades. Te he llamado porque temo que seas arrancado de Mi Regazo Paterno. Te he llamado porque temo que seas lanzado al precipicio, y tu alma se pierda. Agradéceme por el raudal de Misericordia y de Amor que he tenido contigo. Agradéceme, porque aún sin ser el mejor de Mis hijos te saqué de las cosas del mundo. Suscité en tu corazón el deseo de caminar en dirección hacia Mí. Por eso, dentro de ti hay deseos de trascendencia. Agradéceme, porque hoy de nuevo te has encontrado Conmigo en la soledad de Mi Sagrario. Hoy, de nuevo, a pesar de tu cansancio, de tu fatiga, de todas las ocupaciones del día has venido a Mí.

El amor a Mi Divino Corazón ha de ser Amor Crucificado.

Hijo, no tengas miedo a la Cruz. No rechaces el sufrimiento. Mira que en tu corazón aún hay manchas y residuos de pecado. La Cruz es un medio para Yo poder purificar tu alma; es un medio para poder acrisolarte y refinarte como oro y plata. Para Yo subir glorioso al Reino de los Cielos sufrí los Dolores más acérrimos de Mi Sagrada Pasión. ¿Acaso Me bajé de la Cruz? No, hijo Mío. Anhelaba exhalar Mi último suspiro y cancelar la deuda que todos los hombres habían contraído por el pecado. Por eso, aprende a sufrir con amor. No te dejes arrebatar las Gracias y las Bendiciones que trae consigo el sufrimiento. En Mi Corazón hallarás todo. En Mi Corazón experimentarás el verdadero amor.

El amor a Mi Divino Corazón debe ser fuerte y vencedor.

No te dejes amilanar y vencer por el enemigo. Me tienes a Mí, que Soy el León de Judá. Yo te protegeré, clama en tu aflicción, y Yo te libraré de tus angustias. Hoy, pídeme que te haga fuerte en tu debilidad. Hoy, domina tu temperamento, tu voluntad, y deja que el Reinado de Mi Sagrado Corazón vibre en ti. Hoy, hazte fuerte, y por medio de las armas poderosas de la oración y del ayuno, derrota a satanás, que lo único que quiere es separarte de Mí, atraparte en sus garras y hundirte en los abismos más profundos del infierno. ¿Sabes? Quiero hacer de ti verdadero apóstol de Mi Sagrado Corazón. Por eso, no te detengas, continúa la marcha para que seas vencedor.

El amor a Mi Divino Corazón debe ser Amor Ardiente.

Ya lo has comprobado, las criaturas no te pueden dar un amor perfecto. Si buscas consuelo en los hombres siempre tendrás vacíos en tu corazón. Ya has entendido que sólo en Mí tu corazón rebosa de Paz. Sólo en Mí encuentras la verdadera libertad. Si tristemente buscaste amores humanos y te lanzaste al fuego de las pasiones, pídeme perdón, repara por tus pecados y sumérgete en la Llama Ardiente de Mi Sagrado Corazón. Te sentirás morir de amor. Desearás tener alas de águila para volar por la inmensidad del cielo azul y encontrarte Conmigo.

¡Ah!, no te detengas, acepta Mi llamada de amor, hazte apóstol de Mi Sagrado Corazón, y te sentirás útil en un mundo saturado de injusticias y de ingratitud.

El amor a Mi Divino Corazón debe ser insaciable y progresar sin interrupción.

Imita Mis adorables Virtudes. Si quieres, pídeme que embellezca tu corazón con las Virtudes de la Humildad y de la Mansedumbre. Si quieres, pídeme que derrame sobre ti lluvia de Gracia, lluvia de Misericordia. Si quieres, pídeme que haga una limpieza absoluta en tu alma. El Agua Viva que brota de la Fuente de Mi Divino Corazón penetrará dentro de ti y quedarás más blanco que la nieve. Quedarás más luciente que una estrella que embellece el cielo en las noches oscuras. Ámame, no desvíes tu mirada de Mí. Ámame como si fueses loco enamorado de Mi Amor Divino, pero también que tu vida espiritual siempre vaya en ascenso, crece cada día más para que las puertas del Reino de los Cielos se abran de par en par. Algunas veces lloro y Me lamento, porque algunos de Mis hijos que Me han conocido y han tenido un encuentro personal Conmigo, el demonio les pone la zancadilla y caen. Mi Corazón agoniza, Soy Crucificado de nuevo, Soy azotado con crueldad. Por eso, firma un pacto de amor Conmigo en este día. Sé Mi cirineo y prométeme que, con Mi ayuda, serás cada día mejor.

El amor a Mi Divino Corazón debe ser amor de transformación y de imitación.

Conozco tus luchas, tus combates interiores. Todo lo sé de ti, hasta aquellos pensamientos furtivos y pasajeros que intentan desviar tu mirada; hasta aquellos pensamientos que corren dentro de ti y tratan de opacar Mi Luz Divina. Deja que te transforme espiritualmente, deja que tome tu vida como barro blando en Manos del Alfarero, para hacer de ti una vasija consistente.

Imítame, que Soy Dios de Perfección, Dechado de Virtudes. No te consideres tan débil e impotente como para no caminar por las sendas de la santidad y de la rectitud. Hijo, deja que Mis Palabras produzcan en ti deseo de cambio. Quiero llevarte a una conversión perfecta y transformante.

El amor a Mi Divino Corazón debe ser amor de abandono en Mi Divina Voluntad.

Hijo, si estás dispuesto a heredar el Reino de los Cielos, vive de acuerdo a Mi Divina Voluntad. No camines en contravía a Mis enseñanzas. No te desvíes ni a derecha ni izquierda, camina en línea recta. Sé que algunas veces te cuesta morir a ti mismo. Algunas veces has creído que los hombres puedes suplir todo lo que hace falta en ti, cuando he sido Yo, el que te ha formado en el seno de tu madre. Cuando he sido Yo, el que ha soplado Su Hálito Divino en ti y te ha dado vida. Vive en un completo abandono en Mí. Nada te sucederá. Nada, absolutamente nada te faltará.

El amor a Mi Divino Corazón debe estar acompañado de Paz interior.

No dejes que la turbación e inquietud de espíritu entren en ti. Si por desgracia descendieran sobre ti, cumbres borrascosas, huracanes o fuertes torbellinos que intenten desplomarte, sumérgete en la Herida abierta de Mi Sagrado Corazón. Ella es el camino que te conduce a Mi Sagrado Corazón. Recuerda que El Sagrario, lugar donde vivo, ha de ser para ti oasis de Paz, océano de Misericordia. Como sé que tienes muchas obligaciones para cumplir hoy, puedes irte en paz, dichoso de haberte encontrado Conmigo. Pero mañana te esperaré porque tengo otra lección más para darte. Yo estoy buscando almas generosas que se hagan apóstoles de Mi Sagrado Corazón, y por ventura, ya te he encontrado.

Oraciones finales para todos los días

Consagración diaria al Sagrado Corazón de Jesús

Oh Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes, os consagro toda mi vida y todo mi ser; desde el día de mi santo Bautismo, toda mi vida os pertenece. En el corazón Inmaculado de María, os consagro mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón. Os consagro mi entendimiento, mi memoria y mi voluntad, también la imaginación, toda alegría, todo sufrimiento, y toda mortificación; en una palabra, todo mi ser; y ya que en María, con María, por María y para María, soy todo vuestro; guardadme protegedme y dadme vuestro Sagrado Corazón, para toda mi vida y toda la eternidad. Amén.

Oración final

¡Oh, Corazón Divino de Jesús, digno de la adoración de los hombres y de los Ángeles! ¡Oh, Corazón inefable y verdaderamente amable! Digno de ser adorado con infinitas alabanzas, por ser fuente de todos los bienes, por ser origen de todas las virtudes. Dame la gracia de reparar las injurias e ingratitudes proferidas a tu amante Corazón.

¡Oh, Corazón dulcísimo de Jesús! Yo te adoro con todas las fuerzas de mi corazón; te alabo y te ofrezco las alabanzas de todos los más amantes Serafines de la corte Celestial y todas las que pueda darte el Corazón de tu Santísima Madre. Amén.  

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