lunes, 19 de febrero de 2024

Rosario del Padre Celestial

El Rosario del Padre, con sus cinco misterios es una oración que la Providencia nos ha dado. En él está toda la historia del hombre guiada por el Amor del Padre que - desde el inicio de la Creación hasta la redención final ha llevado y llevará adelante Su plan de Vida. Este Rosario es un signo de los tiempos, de estos tiempos que ven el regreso de Jesús a la tierra “con gran poder” (Mt 24,30). El “poder” es por excelencia el atributo del Padre (“Creo en Dios Padre todo poderoso”): es el Padre que viene en Jesús, y nosotros tenemos que apremiarlo para que acelere los tiempos de la nueva creación tan esperada (Rm 8,19). Pero no tenemos que sustituir el Rosario de María con el Rosario del Padre; después de haber rezado el Rosario Mariano, tenemos que pedirle a la Madre que rece con nosotros el Rosario del Padre para que Él venga pronto a traer Su Reino a la tierra (Lc 11,2).

El Padre promete que por cada Padre nuestro que se recite, decenas de almas se salvarán de la condenación eterna y decenas de almas serán libradas de las penas del Purgatorio. El Padre concederá gracias particularísimas a las familias en las cuales se recite este rosario y las gracias se transmitirán de generación en generación. A todos aquellos que lo reciten con fe, hará grandes milagros, tantos y tan grandes como no se han visto nunca en la historia de la Iglesia.

¿Como se reza el Rosario del Padre?

+ En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Dios mío ven en mi auxilio, Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos, Amén.

Padre mío, Padre bueno, a Ti me ofrezco, a Ti me doy.

Ángel del Señor, fiel custodio mío, a quién me ha encomendado la Divina Bondad, ilumíname, protégeme, dirígeme y gobiérname siempre. Amén.

Primer misterio:

Contemplamos el triunfo del Padre en el jardín del Edén cuando, después del pecado de Adán y Eva, promete la venida del Salvador. «Entonces Yahvé Dios dijo a la serpiente: – Por haber hecho esto, maldita seas entre todas las bestias y entre todos los animales del campo. Sobre tu vientre caminarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. Enemistad pondré entre ti y la mujer, entre tu linaje y su linaje: ella te pisará la cabeza mientras acechas tú su calcañar». (Gn 3,14-15)

1 Ave María, 10 Padre Nuestro, Gloria.

Padre mío, Padre bueno, a Ti me ofrezco, a Ti me doy.

Ángel del Señor, fiel custodio mío, a quién me ha encomendado la Divina Bondad, ilumíname, protégeme, dirígeme y gobiérname siempre.Amén.

Segundo misterio:

Contemplamos el triunfo del Padre en el momento del “Fiat” de María durante la Anunciación. «El Ángel le dijo: – No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús. Él será grande y se le llamará Hijo del Altísimo y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin. Dijo María: – He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» (Lc 1,30ss)

1 Ave María, 10 Padre Nuestro, Gloria.

Padre mío, Padre bueno, a Ti me ofrezco, a Ti me doy.

Ángel del Señor, fiel custodio mío, a quién me ha encomendado la Divina Bondad, ilumíname, protégeme, dirígeme y gobiérname siempre. Amén.

Tercer misterio:

Contemplamos el triunfo del Padre en el huerto del Getsemaní cuando da toda su potencia al Hijo. «Jesús rezaba diciendo: – Padre mío, si es posible, que pase de mí este cáliz, pero no sea como yo quiero, sino como quieres tú. Entonces, se le apareció un ángel venido del cielo que le confortaba. Y sumido en agonía oraba más intensamente, y su sudor se volvió como gotas espesas de sangre que caían en tierra (Lc 22,42-44). Después se acercó a los discípulos y les dice: – ¡Ahora ya podéis dormir y reposar. Mirad ha llegado la hora en la cual el Hijo del hombre será entregado en manos de pecadores. ¡Levantaos, vamos! Mirad que el que me va a entregar está cerca (Mt 26,4546). Jesús se adelanta y les pregunta: –¿A quién buscáis? Le respondieron:– A Jesús el Nazareno. Les dice Jesús: – ¡YO SOY! Apenas dijo: ¡YO SOY! retrocedieron y cayeron en tierra». (Jn 18, 4-6)

1 Ave María, 10 Padre Nuestro, Gloria.

Padre mío, Padre bueno, a Ti me ofrezco, a Ti me doy.

Ángel del Señor, fiel custodio mío, a quién me ha encomendado la Divina Bondad, ilumíname, protégeme, dirígeme y gobiérname siempre. Amén.

Cuarto misterio:

Contemplamos el triunfo del Padre al momento de cada juicio particular. Estando él todavía lejos, le vio su padre, y conmovido corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente. El hijo le dijo: – Padre, pequé contra el cielo y ante ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo. Pero el padre dijo a sus siervos: – Traed aprisa el mejor vestido y revestidle, ponedle un anillo en su mano y unas sandalias en los pies. Traed el novillo cebado, matadlo y comamos y celebremos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido hallado. (Lc 15,20-24)

1 Ave María, 10 Padre Nuestro, Gloria.

Padre mío, Padre bueno, a Ti me ofrezco, a Ti me doy.

Ángel del Señor, fiel custodio mío, a quién me ha encomendado la Divina Bondad, ilumíname, protégeme, dirígeme y gobiérname siempre. Amén.

Quinto misterio:

Contemplamos el triunfo del Padre en el momento del juicio universal. «Luego ví un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron y el mar no existe ya. Y ví la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de Dios engalanada como una novia ataviada para su esposo. Y oí una fuerte voz que decía desde el trono: – ¡Esta es la morada de Dios con los hombres! Pondrá su morada entre ellos y ellos serán su pueblo, y él, “Dios-con-ellos”, será su Dios. Y enjugará las lágrimas de sus ojos; no habrá ya muerte, ni habrá llanto, ni gritos, ni fatiga, porque el mundo viejo ha pasado”. (Ap. 21, 1-4)

1 Ave María, 10 Padre Nuestro, Gloria.

Padre mío, Padre bueno, a Ti me ofrezco, a Ti me doy.

Ángel del Señor, fiel custodio mío, a quién me ha encomendado la Divina Bondad, ilumíname, protégeme, dirígeme y gobiérname siempre. Amén.

Salve Reina...

Padre Nuestro, Ave María, Gloria al Padre por el Papa.

Letanías del Padre

A cada invocación responderemos: ten piedad de nosotros

Padre de infinita majestad
Padre de infinita potencia
Padre de infinita bondad
Padre de infinita ternura
Padre, abismo de Amor
Padre, potencia de gracia
Padre, esplendor de resurrección
Padre, Luz de paz
Padre, regocijo de salvación
Padre, siempre más Padre
Padre de infinita misericordia
Padre de infinito esplendor
Padre, salvación de los desesperados
Padre, esperanza de quien reza
Padre, tierno ante cualquier dolor

Padre, por los hijos más débiles te imploramos
Padre, por los hijos más desesperados
Padre, por los hijos menos amados
Padre, por los hijos que no te han conocido
Padre, por los hijos más desolados
Padre, por los hijos más abandonados
Padre, por los hijos más sufridos
Padre, por los hijos que luchan para que venga tu reino

Oremos: Padre, por los hijos, por cada hijo, por todos los hijos, te imploramos: danos paz y salvación en nombre de la Sangre de tu Hijo Jesús y en nombre del sufrido Corazón de nuestra Mamá María. Amén.

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